jueves, 23 de julio de 2009

Cumplido plan de escapada 33: Ordesa.

De Ordesa


ADVERTENCIA: El montañismo es una actividad que supone riesgos. No debe realizarse sin la experiencia y el material adecuados, ni tampoco es del todo aconsejable en solitario. El autor se exime de toda responsabilidad sobre cualquiera de las posibles decisiones que pudieran tomar al respecto quienes lean esto, y por tanto de sus consecuencias.

De Ordesa


Ésta escapada podría titularse: "Cómo tomar familiaridad con lo inhóspito" (inhóspito en sentido paisajístico, sentido funcional en cuanto a la manera de desenvolverse en el medio, y sentido solitario -aunque en este caso no de manera absoluta: no tanto como en Sierra Nevada o en la Sierra de la Partacúa, y de hecho en algún momento, nada solitario-). Aunque se podría ir más allá: "Cómo llegar a sentir más familiaridad en lo inhóspito que en lo civilizado". Pero vayamos por partes, para poder explicarlo.

De Ordesa


Como ya dije en la entrada preparatoria, ésta travesía montañera ha sido la más larga que vivía desde hace dos años; es más, en tiempo absoluto es la vez que más tiempo he permanecido "perdido" por la montaña. Y realmente, son las travesías largas, de varios días (más de tres según mi "escala"), las que te llevan a una verdadera sensación de escapada, que se percibe mucho mejor al regreso de la misma. No es que las experiencias de Sierra Nevada y la Partacúa no fueran intensas (in situ incluso quizá lo fueron más), es que la vuelta a casa era como una de tantas otras veces de volver de la montaña, como una costumbre. Pero esa sensación de volver de un viaje y sentirte extraño en tu propia habitación de tu propia casa, como si hubiera pasado más tiempo del que realmente pasó, hacía mucho tiempo que no la recordaba. Y con esta escapada la he vuelto a sentir, para bien y para mal. Para bien, porque dicha sensación te recuerda que ha merecido la pena; y para mal, porque ya no estás allí: ya no estás en el lugar al que habías creado apego, familiaridad; estás en la rutinaria civilización, desprovista de encanto y de magia, y repleta de artificios que te hacen sentir torpe, cuando durante cinco días no los has necesitado para ser feliz.

De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


Y el marco concreto en el que, en esta ocasión, se ha fraguado esa familiaridad -ya creada años antes en otros viajes al mismo- es inmejorable, idóneo para lograr esa sensación: Ordesa, con sus innumerables parajes, de tan diversas formas y texturas, pero formando un todo armónico y grandioso, es el paisaje perfecto; parece pensado por un gran arquitecto, por un escultor de exquisito gusto estético y aspiración de belleza megalómana: valiente soberbia humana, la de querer atribuir a una persona imaginaria la inimitable capacidad creadora de la naturaleza, que nos brinda en este lugar perspectivas tan diferentes y espectaculares, y reserva a los más curiosos secretos rincones escondidos como Aguas Tuertas.

De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


De esta manera, planeando ascensiones, recorridos no conocidos, y buscando "campos base" en los que esperar una mejora en la estabilidad atmosférica, uno llega a sentirse como en casa cuando va recorriendo los diferentes parajes de Ordesa. Entras al gran pasillo del cañón del Río Arazas; subes por una escalera para luego atravesar el gran corredor viéndolo desde el segundo piso; atraviesas las habitaciones del tercero (Plana de San Ferlús, Llanos de Millaris, La Catuarta, el Sumidero...). Te asomas de vez en cuando al tejado, subiendo al Monte Perdido o al Taillón, desde donde ves otros monumentales edificios de la gran ciudad de los Pirineos. Conviertes la habitación de Millaris en tu cubil, al que regresas sintiendo una sincera vuelta a casa después de haber pasado el día por el impresionante ático de la Faja de las Flores. Y el espectacular techo de estrellas que, como dirían Topo, no da calor, pero sí embelesa. Y tomas agua de los sorprendentes grifos de los manantiales. Y te diviertes con tus vecinos los sarrios, las marmotas y los quebrantahuesos... ¡Mi casa es la montaña!

De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


Poco más me queda por expresar. Abajo están, como siempre, los enlaces a Pirineos 3000 para ver el contenido de las actividades realizadas. Aquí ya no puedo decir nada más interesante que lo que digan las imágenes cazadas o robadas al entorno de Ordesa. Que hablen ellas, pues:

De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


De Ordesa


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Descripción técnica de la travesía completa.

Descripción técnica de la ascensión al Taillón.

Todas las fotos de la travesía (todas las que me han cabido en el servidor: 209 (ni la tercera parte de las que hice...)

sábado, 18 de julio de 2009

Una razón (más) para preferir la montaña a la "civilización".

La montaña me hace sentir capaz, armónico y atento, y la "civilización", torpe, defectuoso y despistado.

viernes, 10 de julio de 2009

Plan 33: Ordesa.

  1. Momento: A partir de mañana, sábado 11, y hasta el final de la siguiente semana.
  2. Lugar: Pirineo aragonés.
  3. Plan: Idea 31 de la lista de posibles planes montañeros futuros. Recorrido del Valle de Ordesa comenzando por la Faja de Pelay (subiendo desde la Pradera de Ordesa por la Senda de los Cazadores), pasando por Góriz, subiendo al Taillón, bajando al comienzo de la Faja de las Flores en Salarons, recorriendo la faja hasta el Circo de Cotatuero, regresando de nuevo a Góriz, y bajando finalmente a la Pradera de Ordesa ya por el camino del centro del valle. Posibilidad de subir a Tobacor y a los Gabietos, quizá al Monte Perdido, y alguna otra posible improvisación. Y, sobre todo, disfrutar de una buena ruta montañera de espíritu libre y abierto, de las de perderse varios días por el monte, la más larga que planeo desde hace más de dos años.
  4. Malditas sean algunas preparaciones: No quiero dejar de aprovechar para quejarme de lo lamentable e insufrible que puede llegar a ser planificar eso mismo (rutas largas, de varios días) en Aigüestortes, que era la primera opción que contemplamos Iván y yo. Un lugar en el que taxis todo terreno permiten el acceso hasta zonas "inhóspitas" del Parque no debería tener prohibido el vivac en determinadas condiciones -no hablo de acampada, que obviamente sí acaba siendo masiva y perjudicial-. A cambio, a gastar un pastón -además de en los taxis- en los refugios, los más caros que recuerdo en montañas españolas. El negocio está bien montado. Pero lo peor de todo, la reserva "virtual" de los mismos, a través de internet: una tomadura de pelo y un estres añadido, que nos hizo perder a Iván y a mí las tardes del lunes y del martes para no lograr finalmente nada. Pretendes escapar y te ves encerrado en otra preocupación, añadida a aquellas, inevitables, de las que huyes mentalmente... a ver si lo olvidamos en Ordesa...

jueves, 9 de julio de 2009

Posibles lecturas montañeras futuras.

He aquí la prometida lista de libros que "El Sentimiento de la Montaña" me ha incitado a leer:

  • "En la Noche y Entre los Hielos" (Fridtjof Nansen). Sobre una de las primeras exploraciones polares de la historia.
  • "El Peor Viaje del Mundo" (Apsley Cherry - Garrard). Sobre la dramática aventura del fracaso y tragedia de la expecidión de Scott al Polo Sur Geográfico, cuyo éxito fue para su rival Amundsen.
  • "Cita con la Cumbre" (Juanjo San Sebastián). Acerca de la épica ascensión del vasco al K2.
  • "Bájame una Estrella" (Miriam García Pascual). Libro en forma de cuentos y poemas de la malograda alpinista, que escribió en sus experiencias montañeras por América.
  • "Entre Cero y Ochomil Metros" (Kurt Diemberger). Autobiografía del himalayista que es la única persona viva con dos primeras históricas a ochomiles (Broad Peak y Dhaulagiri), y que hizo siete ochomiles a lo largo de treinta años.
  • "Los Conquistadores de lo Inútil" (Lionel Terray). Autobiografía de uno de los alpinistas más importantes de la historia, escalando y transmitiendo sentimientos, autor de múltiples primeras entre los años 40 y 60 del S. XX.
  • "Annapurna, Primer Ochomil" (Maurice Herzog). Narración del histórico alpinista, contemporáneo y compañero de Terray, sobre la primera ascensión de la historia a un ochomil.
  • "La Montaña es mi Reino" (Gaston Rébuffat). Libro de otro contemporáneo de Terray, también entre los grandes.
  • "El Primero de la Cuerda" (Roger Frison - Roche). Considerada la primera gran novela sobre ambiente alpinístico de la historia.
  • "Mal de Altura" (Jon Krakauer). Narración novelada sobre los trágicos hechos ocurridos en una expedición comercial en el Everest en 1996.
  • "Tras las Huellas de Lucien Briet" (José Luis Acín). Comparativa fotográfica relizada por Acín sobre las imágenes tomadas un siglo antes en los Pirineos por el francés Lucien Briet.
Pero antes, como dije, un poco de literatura no montañera...

martes, 7 de julio de 2009

Vuelta de tuerca al trasfondo de "Coraline"

(Viene a cuento de la entrada del plan 30: "Los Mundos de Coraline" -concretamente de lo reflejado en el último párrafo-).

Detrás del argumento de "Los Mundos de Coraline" hay realmente un mensaje que, según su interpretación, puede resultar totalmente paradójico y confuso.

Una de las críticas implícitas en la historia es la del estilo de educación de los padres absolutamente complacientes con sus hijos, colmando a estos con todo aquello que les piden. Y tal crítica se refleja en la parte del mundo imaginario de Coraline, cuando en nuestro mundo real es algo bastante habitual. Por otro lado, nuestro sistema es el de la llamada sociedad del bienestar. En definitiva, hoy en día es nuestro mundo real el que pretende ser ideal, al menos desde el punto de vista material.

Sin embargo, la película plantea aquello de "no sueñes con mundos ideales, y confórmate con lo que te ofrece el mundo real, porque lo contrario podría llevarte a una pesadilla..." ¿Conformarnos con este mundo real...? Creo que la paradoja es evidente. Y más aún si consideramos el estres, las preocupaciones, las necesidades inventadas, la superficialidad, las depresiones, el vacío interior... ¡y la crisis...! Se diría que nuestro sueño se está convirtiendo en una pesadilla, ¿no?

Coraline acaba buscando desesperadamente la puerta "cósmica" que le devuelva al mundo cotidiano, porque llega a la conclusión de que lo que le ofrece el mismo es, a fin de cuentas, preferible a la pesadilla que creyó ser un sueño. Pero, ¿de qué pesadilla debemos huir realmente? ¿Del ideal de un mundo mejor, o del ideal materialista? Aunque sólo los que han visto la película (o leído el libro) entiendan plenamente la siguiente frase final, pareciera que la araña que ha tejido la tela de nuestras pesadillas fuese "mamá sociedad".

viernes, 3 de julio de 2009

Cumplido plan 13: "El Sentimiento de la Montaña": Capítulos VIII y IX, y fin.

De ¿Viviendo o escapando?



Terminé el libro hace ya un par de semanas, pero la acumulación de planes durante las mismas ha hecho que hasta ahora no haya podido escribir la entrada definitiva de la obra que me ha ocupado los últimos cinco meses. Si, mucho tiempo, pero es que este es de esos libros que, si gustan, más que leerse se masca cada línea del mismo, en vez de engullirlo a párrafo limpio sin masticar.

El capítulo VIII, "Las Grandes Cordilleras", habla de las más extraordinarias aventuras alpinas en los más grandiosos escenarios montañeros del planeta: Los Himalayas. Desde las primeras exploraciones e intentos de conquistas ochimilistas por Luis Amadeo de Saboya, Duque de los Abruzos (en una época antediluviana, técnicamente, para tales gestas) a los impresionantes logros del increíble Reinhold Messner, pasando por la epopeya de la primera conquista de un ochomil, el Annapurna, cuya crónica, especialmente el descenso, resulta una aventura tan extrema que roza la tragedia épica, y en la cual fueron protagonistas personalidades fundamentales de la historia del alpinismo como Maurice Herzog, Louis Lachenal, Gaston Rebuffat y Lionel Terray.

Aunque las historias narradas en este capítulo son emocionantes y asombrosas en altas dosis, los sentimientos plasmados por sus protagonistas tienden a un nivel de experiencia y entendimiento en el que a mí, personalmente, me cuesta profundizar; al menos, sin leer íntegramente los textos o libros de los que provienen esos estractos: Por ejemplo me pasa con Messner. Entiendo que esas vivencias trascienden lo extremo; sobrepasan el límite de lo entendido como "posible", y por tanto juegan con lo que para cualquier persona, quizás incluído Messner, está más allá de la probabilidad de volver con vida. Así que los sentimientos a los que se llega, sólo quien los vive los puede entender plenamente.

Sin embargo, sí hay un texto, en el subtítulo "Visiones sosegadas", con el que me puedo sentir más identificado, o al menos entender mejor, escrito por el explorador Tom Longstaff: "La felicidad parece ser una excelente amiga de quienes han aprendido a vivir con intensidad cada uno de los momentos de la existencia, y nadie tiene tan copiosas oportunidades de ser maestro en este arte como el viajero. Instalar el campamento cada noche proporciona el renovado encanto de tomar posesión de una nueva casa. Alcanzar la meta es algo de importancia puramente secundaria y el viajero no debe precipitar el término de su viaje. Si logra abstraerse de sí mismo y se dispone a percibir con todos sus sentidos los encantos del escenario que en cada momento le rodea, casi todos los lugares del mundo le parecerán igualmente hermosos... Llegaremos a la convicción de que somos una diminuta partícula del Universo y no sus monarcas".

El Capítulo IX, "La Mirada Actual", trata fundamentalmente de conciencia, de compromiso, de responsabilidad: la conservación de los paisajes montañosos frente a la desnaturalización antrópica, turística y montañera; pero también el peligro de una sobreprotección que impida la libertad de poder obtener de las montañas precisamente esas satisfacciones propias de lo inhóspito que se quieren conservar; Si se impide dicho disfrute, ¿con qué objeto se proteje (entendiendo que dichas actividades, por definición, son respetuosas con el medio cuando no se masifican)? En definitiva, el impedir quitarnos a nosotros mismos nuestro derecho natural a vivir la naturaleza, como pago por habernos convertido en seres tan extremadamente artificiales.

Texto del libro (entiendo que de los propios autores, al no estar citado): "Hay gentes que hacen un viaje y llegan a su destino sin haber logrado salir de su lugar de origen. Y, si en un momento se percatan de ello, exigen que este nuevo sitio se convierta inmediatamente en algo idéntico a ese lugar de origen. En vez de admirar lo diferente, quisieran, por comodidad física y anímica, hacerlo igual a sus esquemas; en vez de impregnarse de lo distinto, lo contagian de sus costumbres y, cuando acuden a un lugar en oleada, lo cambian a su semejanza. El beneficio del verdadero viaje se disipa y el maleficio de ciertas conductas y de ciertos espacios de partida se extiende a los de llegada".

Como conclusión final de todo el libro, debo destacar, por encima del enorme valor documental de los hechos, personalidades y textos recopilados, la sensación general de estar leyendo una historia única, sólida, y protagonizada por un hilo conductor coherente que va adquiriendo familiaridad para con el lector: el propio sentimiento de la montaña, que impregna cada párrafo del libro y se va explicando a sí mismo según vamos viajando por la historia del alpinismo, logrando además transmitir la emoción y el afecto que todo personaje protagonista de un libro requiere. No es, por tanto, una mera compilación, sino un texto casi biográfico. Eso sí, es un libro "llave", que parece abrir las puertas de los muchos textos de los que bebe, o al menos invita a ello. Y como yo me siento invitado, próximamente publicaré una entrada con los libros hacia los que esta obra me ha abierto el apetito...

...Pero, y al margen de esa entrada, de momento lo que se tercia es leer otras cosas, que no sólo de montaña vive el hombre. Ya me he puesto a ello con el libro de relatos cortos de humor "Sin Plumas" de Woody Allen...

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