jueves, 27 de enero de 2011

108, y cumplido: Improvisando por Peñalara



No todas las excursiones que hago las planeo previamente aquí; me gusta pensar que sigo saliendo al monte con la misma motivación de siempre, independientemente de que los últimos años le haya cogido gusto a esto de plasmar luego la experiencia. Por eso, de vez en cuando, voy a la montaña y punto, sin plan en el blog.





En esta ocasión, además, no me motivaba demasiado la excursión, tenía bastante sensación de rutina, de la cantinela del "como es domingo, a la sierra", y "como hay que aprovechar la poca nieve que queda, otra vez al Puerto de Cotos", otra vez a recorrer los caminos de siempre, con la habitual romería de los domingos. Así que esta vez no quise ponerlo como plan del blog, pero por falta de inspiración, más bien.





Y sin embargo, cuando menos lo esperaba, me encontré con que estábamos haciendo una excursión más o menos original dentro de lo conocido del lugar, con un recorrido bonito y plagado de nuevas perspectivas de un paisaje que nos es más que familiar, y como colofón, con una subida por una pendiente helada exigente para nuestro nivel (que no es muy alto precisamente), en la que creo que nos desenvolvimos bien (yo no pasé miedo -si acaso algo de inevitable tensión-, me vi bastante seguro y decidido a seguir para arriba). Vamos, que la aparente rutina inicial dio paso a una buena escapada.





Dentro de aquella lista de posibles planes montañeros que hice una vez y que por ahí anda, en los archivos del blog, me propuse ir conociendo palas y corredores de los circos glaciares de Peñalara. Pero la verdad es que, quitando el circo de Dos Hermanas, el resto, visto desde abajo, siempre me ha parecido que supera mi nivel actual. De ahí que sea una idea que no quiero tomar al pie de la letra, al menos por ahora. Y de ahí que cada vez que vamos a Peñalara a, al menos, tentar algo, nunca tengo claro lo que va a salir, o cuándo nos vamos a acongojar y nos vamos a volver para atrás, con la consiguiente sensación de frustración.





El domingo pasado empezamos a subir por el tubo derecho de Dos Hermanas (ya dentro del circo de la Laguna Grande), que es de lo más fácil que hay, todavía sin tener claro qué tal nos iría arriba del todo para coger la cuerda. Nuestra idea inicial era conectar luego con la parte final del Tubo Central para llegar arriba. Pero una vez en el cruce con este tubo me pareció que lo de menos era hacer una subida más o menos interesante, de la que sentirse satisfecho deportivamente hablando, o presumir luego: mucha gente subía por ahí, y sin embargo la travesía hacia la parte oriental del circo, por una especie de escalón a media altura del circo, estaba totalmente solitaria y ofrecía un bonito aspecto, como paisaje: un paseo casi horizontal, sin dificultad, pero ¿y qué más da? ¿No hemos venido a disfrutar? ¿Por qué no dejamos que nos haga disfrutar la montaña, y no nuestra ambición en ella? Si, estamos dando más vueltas que una peonza, pero eso es lo atractivo, me parece a mí, de la montaña: explorar, improvisar, juguetear como un niño, tratando de sentirte libre, de no seguir un camino ortodoxo, o una vía necesariamente "elegante".







Pero el caso es que íbamos hacia una pala no menos interesante (de hecho, probablemente más). Y de hecho el tranquilo paseo se acabó convirtiendo en todo un reto (a nuestro nivel, insisto). No era el objetivo ponérnoslo difícil, como ya he dicho antes, pero supongo que el mismo ánimo exploratorio nos llevó a quitarnos algo del recelo inicial, y quisimos atrevernos con esa rampa que subía, hacia el norte, directa a la cima. Y me gustó superarla, porque fue como superar lo que en otras ocasiones anteriores me había dado miedo, un miedo innecesario, casi más bien perjudicial, creo yo.





Una bonita excursión, un paseo vistoso sin pretensiones iniciales, y un reto final que, aunque ampliamente superado por muchos alpinistas aficionados, para nuestro nivel a mí me sentó bastante bien. Con este plan no planeado he reactivado el apetito, tras un período de ligera desgana. Buena escapada, que finalmente si mereció la pena reflejar aquí. E incluso en Pirineos 3000.





3 comentarios:

  1. Bonita espcapa, sí señor.
    Veo que sigues disfrutando en tus ratos libres, Alberto, y eso es lo más importante.
    Bueno, ahora sólo queda seguir así, eh??
    Un saludo.

    P.D.: Y el Atleti qué?? pfff...

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  2. Del Atleti, pues eso, qué decir que no sepamos...

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  3. Muy estimulante, Alberto... y qué contaros del Real Zaragoza....

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