La calima que hace unos días arrastró el viento del sur sobre la Península Ibérica, que supuso un episodio mucho más intenso de lo normal en nuestras latitudes de este fenómeno atmosférico de polvo o arena en suspensión, convirtió el ambiente de la Sierra de Guadarrama en turbio y poco favorecedor, tanto para la vista como para la fotografía…
…O tal vez no, porque con el ángulo adecuado, y normalmente mirando hacia el sol o con algún tipo de contraluz, sí que se podía obtener alguna imagen al menos curiosa. Es la paradoja de sacar partido a aquello que en principio parece haber estropeado el día.
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