viernes, 19 de septiembre de 2014

"Fundación" (Isaac Asimov, 1951)

"Si has nacido en un cubículo y crecido en un pasillo, y trabajado en una celda, y pasado tus vacaciones en una habitación solar llena de gente, es lógico que la salida al aire libre y el panorama del cielo sobre tu cabeza te ponga nervioso".

De chaval solía evadirme con la ciencia ficción sobre todo a través del cine, pero también leí algunas novelas juveniles del mismo género. Sin embargo, desde hace años lo tengo bastante olvidado, y sólo lo he tocado de soslayo en dos casos, más bien de estilo político-distopía ("Un mundo feliz" de Aldous Huxley y "1984" de George Orwell), aparte de un olvidable libro supuestamente cómico de Eduardo Mendoza. Me apetecía retomar el género, pero con algo más de orientación evasiva y de aventura...

...y pensaba que Isaac Asimov, asignatura pendiente hasta ahora para mí, podría ser una buena opción. Pero el caso es que con "Fundación" me he encontrado otra sesuda reflexión socio-política. Muy interesante y de gran calidad literaria, incluso con algunos momentos emocionantes, pero distinto de lo que esperaba. Me alegro de no haber comprado la trilogía integrada en un sólo tomo... Pero es verdad que, haciendo memoria, aquellos libros de mi adolescencia (la trilogía de "Los Trípodes" de John Christopher y la de "El ciclo de las Tierras" de Jordi Sierra i Fabra), aunque eran más aventureros y como es lógico adaptados a otras edades, también tenían su enjundia reflexiva: Frente a la divertida, vistosa y evasiva ciencia ficción  que siempre he buscado -y normalmente encontrado- en el cine, parece que en la literatura el futuro me lo suelo encontrar más pesimista. De todas formas, seguiré buscando, con el difícil objetivo de encontrar algo que sea entretenido y desenfadado pero no superficial a secas.

Mientras tanto, y aunque no es la mejor ni más profunda frase del libro -pero sí la que más pega con el blog- me quedo con el extracto de arriba, en un primer capítulo que me parecía que iba a llevar por otros derroteros distintos... Es curioso porque, apenas un año antes, en un país totalmente distinto, con un género y estilo diametralmente opuesto, y ambientada en un escenario completamente diferente, Miguel Delibes publicó "El camino" (1950), novela que en muchos momentos reflexiona sobre una idea asimilable a la frase del libro de Asimov (que como digo luego va por otro camino totalmente distinto). Basta esta misma frase del libro de Delibes para sintetizarlo,

Al Mochuelo le agradaba aquello más que nada, quizá, también, porque no conocía otra cosa”,

y este post que escribí hace un par de años para explicarlo. El punto de vista es totalmente distinto, pero la reflexión coincide.