lunes, 2 de febrero de 2009

Cumplido plan de escapada 10: "Testimony" (Neal Morse)

De ¿Viviendo o escapando?


Al final, la escapada no fue ni decepcionanate (ni mucho menos) ni tampoco una de mis mejores escapadas musicales en mucho tiempo, que eran las dos posibilidades que vaticinaba (no de forma necesariamente estricta) en el plan previo. Trataré de explicar las que creo que son las causas de ese punto medio alcanzado.

El disco me parece que es, sencillamente, un discazo. Impecable de principio a fin, con momentos muy brillantes, con partes más espectaculares que otras, pero sobre todo con una elaboración exquisita, y una asombrosa y colorista variedad de matices, dentro de un contexto muy coherente. No se trata únicamente de varios estilos diferentes y contrastados, sino también de niveles de intensidad, de ritmos, de recursos y de instrumentaciones que están constantemente variando. Tan libre como debe ser el Rock Progresivo, pero con una calidad, a mi modo de ver, por encima de la media. Realmente, pareciera que Morse no pudiera o no quisiera alargar demasiado un mismo tema o sección; no hay largos desarrollos en un mismo tempo, no se sabe estar quietecito... y logra que esté aparentemente en un equilibrio perfecto. Instrumentalmente no sólo destacan los instrumentos rockeros (batería, guitarras, teclados), sino que también los utilizados en las orquestaciones (colosal ambiente sinfónico, por momentos) se individualizan en ocasiones para ofrecer solos de violín o de saxofón, por ejemplo. ¿Estilos?: Rock, Jazz, Latino, Folk, Countrie...

El doble disco se compone de cinco suites, subdivididas estas (como es habitual en el Rock Progresivo) en temas o canciones dificilmente separables entre sí, pero tan variadas como ya he explicado, e incluso con variaciones sorprendentes dentro de las mismas. La gigantesca obra (más de dos horas) se me hizo corta, lo que da idea de su capacidad de gancho para el oyente (al menos para el que le guste el Rock Progresivo).

¿Por qué no llegó, con estos positivos elementos, a suponer una gran escapada? Sinceramente, no creo que sepa dar excatamente con la razón o el origen, pero lo que sí puedo explicar es que no me concentré demasiado, desde el inicio, en el disco. A ratos me tumbaba, a ratos me sentaba, con frecuencia me ponía a pensar en otras cosas... Todo ello mientras era consciente de estar escuchando música muy bien hecha y de calidad sobresaliente, según podía percibir, sin llegar a emocionarme (ni de lejos). Con el segundo disco sí que llegué a disfrutar más (es quizá el más espectacular), a pesar de alguna que otra interrupción, elemento que obviamente no es el más adecuado para una escapada. Por otro lado, no estaba tan "aplatanado" como en la anterior escapada musical, "Wind & Wuthering" (Genesis), así que ésta vez era algo más bien psicológico, de cierta falta de capacidad de recepción o concentración. De hecho, había procurado desperezarme bien, con varios métodos, tras la siesta, y había logrado un estado físico despejado. Quizá el hecho de haberme presionado para poder aprovechar la tarde del domingo en la escapada (dada la extesión del álbum), incluídos los métodos de "espabilamiento", hicieron algo forzada la misma, cuando estas cosas tienen que ser, en realidad, más libres y espontáneas. Lo que ocurre es que si me pongo a esperar el momento ideal, lo mismo me quedo sin escucharlo en mucho tiempo.

Pero no hay problema: Habrá muchas futuras ocasiones para disfrutar del disco de diferentes maneras. Espero que realmente colme las espectativas que me ha ofrecido esta primera escucha. De momento, creo que ha merecido la pena hacerse con él.

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