I: Sonidos muy discretos de movimiento, o bien conversación en tono muy bajo, con susurros o poco más. Ya no nos sentimos solos, pero cualquier amante de la naturaleza está perfectamente preparado para soportarlo sin problema alguno, al igual que cualquier montañero puede superar un paso de trepada de grado I.
II: Conversación en tono normal, o ruidillos tipo papel albal del bocata. La mayoría de montañeros y naturalistas lo soportan, pero algunos pueden empezar a sentirse molestos, de la misma forma que no todos los montañeros se sienten completamente seguros en todas las trepadas de IIº grado, sobre todo las más expuestas.
III: Conversación typical spanish, es decir, a un volumen que haría pensar que sus participantes están a una distancia de 50 metros o más en vez de cara a cara; como si estuvieran en un bar, vaya. La mayoría de los naturalistas lo llevan mal, y muchos agradecerían unos tapones para los oídos, al igual que muchos montañeros no afrontarían trepadas de grado III sin el uso de una cuerda.
IV: De la misma manera que se considera que con este grado empieza la escalada propiamente dicha, aquí empiezan las molestias sonoras realmente difíciles de soportar. Se trataría de una conversación a gritos, como si sus participantes estuvieran a 200 metros o más de distancia; como si estuvieran en un bar cuando hay fútbol, vaya.
V: Este grado sería una coincidencia de diversas conversaciones de todo tipo y volumen (sobre todo de los grados III y IV) en una cima o lugar campestre muy concurrido; la suma de todas esas chácharas ya sí que nos harían sentir prácticamente como si estuviéramos todos en un bar cuando hay un derby o un clásico.
6: Con este grado empieza la soportabilidad de dificultad. Aquí entraría en juego un nuevo elemento (sumado a los anteriores): los excursionistas que comparten “generosamente” su música con los demás. Dependiendo del volumen y desagrado con el estilo musical concreto, hay tres subniveles:
• 6a: Volúmen de teléfono móvil; también entraría aquí el eco lejano pero molesto de una fiesta en el pueblo del valle mientras arriba intentamos dormir bajo las estrellas.
• 6b: Equipo de música portátil de toda la vida, presente muchas veces por ejemplo en la típica charca concurrida.
• 6c: Megabafles de coche tuneado en área recreativa o en zona de acampada de festival veraniego campestre.
7: Con los vehículos hemos topado:
• 7a: Carretera o autopista a cierta distancia, aviones a gran altura, drones más cerca del terreno, etc.
• 7b: Motos de cross, quads, etc., en el propio camino por el que vamos.
• 7c: Helicópteros rondando los montes (sean o no de rescate, y sin entrar a valorar su función, sólo su destrucción del silencio).
8: Llegamos a las soportabilidades extremas. Damos a entender que la diferencia con el anterior grado es que pasamos de un momento molesto de cierta duración a una tabarra constante. ¿Quién te mandará a ti ponerte a andar, escalar, acampar, buscar setas, o lo que sea, en medio de...?:
• 8a: Un bosque que está siendo talado a hecho.
• 8b: Las obras de construcción de la nueva carretera o vía de tren que va a atravesar la sierra.
• 8c: El jardín de un fábrica industrial.
9: En la escalada existe desde hace algún tiempo este grado, si bien muy pocos superan sus vías. No me consta que pueda haber algo que supere a lo ya dicho en nuestro caso, pero tal vez haya alguien dispuesto a intentar vivaquear en el interior de un reactor nuclear…
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