ADVERTENCIA: El montañismo es una actividad que supone riesgos. No debe realizarse sin la experiencia y el material adecuados, ni tampoco es del todo aconsejable en solitario. El autor se exime de toda responsabilidad sobre cualquiera de las posibles decisiones que pudieran tomar al respecto quienes lean esto, y por tanto de sus consecuencias.
Ésta escapada podría titularse: "Cómo tomar familiaridad con lo inhóspito" (inhóspito en sentido paisajístico, sentido funcional en cuanto a la manera de desenvolverse en el medio, y sentido solitario -aunque en este caso no de manera absoluta: no tanto como en Sierra Nevada o en la Sierra de la Partacúa, y de hecho en algún momento, nada solitario-). Aunque se podría ir más allá: "Cómo llegar a sentir más familiaridad en lo inhóspito que en lo civilizado". Pero vayamos por partes, para poder explicarlo.
Como ya dije en la entrada preparatoria, ésta travesía montañera ha sido la más larga que vivía desde hace dos años; es más, en tiempo absoluto es la vez que más tiempo he permanecido "perdido" por la montaña. Y realmente, son las travesías largas, de varios días (más de tres según mi "escala"), las que te llevan a una verdadera sensación de escapada, que se percibe mucho mejor al regreso de la misma. No es que las experiencias de Sierra Nevada y la Partacúa no fueran intensas (in situ incluso quizá lo fueron más), es que la vuelta a casa era como una de tantas otras veces de volver de la montaña, como una costumbre. Pero esa sensación de volver de un viaje y sentirte extraño en tu propia habitación de tu propia casa, como si hubiera pasado más tiempo del que realmente pasó, hacía mucho tiempo que no la recordaba. Y con esta escapada la he vuelto a sentir, para bien y para mal. Para bien, porque dicha sensación te recuerda que ha merecido la pena; y para mal, porque ya no estás allí: ya no estás en el lugar al que habías creado apego, familiaridad; estás en la rutinaria civilización, desprovista de encanto y de magia, y repleta de artificios que te hacen sentir torpe, cuando durante cinco días no los has necesitado para ser feliz.
Y el marco concreto en el que, en esta ocasión, se ha fraguado esa familiaridad -ya creada años antes en otros viajes al mismo- es inmejorable, idóneo para lograr esa sensación: Ordesa, con sus innumerables parajes, de tan diversas formas y texturas, pero formando un todo armónico y grandioso, es el paisaje perfecto; parece pensado por un gran arquitecto, por un escultor de exquisito gusto estético y aspiración de belleza megalómana: valiente soberbia humana, la de querer atribuir a una persona imaginaria la inimitable capacidad creadora de la naturaleza, que nos brinda en este lugar perspectivas tan diferentes y espectaculares, y reserva a los más curiosos secretos rincones escondidos como Aguas Tuertas.
De esta manera, planeando ascensiones, recorridos no conocidos, y buscando "campos base" en los que esperar una mejora en la estabilidad atmosférica, uno llega a sentirse como en casa cuando va recorriendo los diferentes parajes de Ordesa. Entras al gran pasillo del cañón del Río Arazas; subes por una escalera para luego atravesar el gran corredor viéndolo desde el segundo piso; atraviesas las habitaciones del tercero (Plana de San Ferlús, Llanos de Millaris, La Catuarta, el Sumidero...). Te asomas de vez en cuando al tejado, subiendo al Monte Perdido o al Taillón, desde donde ves otros monumentales edificios de la gran ciudad de los Pirineos. Conviertes la habitación de Millaris en tu cubil, al que regresas sintiendo una sincera vuelta a casa después de haber pasado el día por el impresionante ático de la Faja de las Flores. Y el espectacular techo de estrellas que, como dirían Topo, no da calor, pero sí embelesa. Y tomas agua de los sorprendentes grifos de los manantiales. Y te diviertes con tus vecinos los sarrios, las marmotas y los quebrantahuesos... ¡Mi casa es la montaña!
Poco más me queda por expresar. Abajo están, como siempre, los enlaces a Pirineos 3000 para ver el contenido de las actividades realizadas. Aquí ya no puedo decir nada más interesante que lo que digan las imágenes cazadas o robadas al entorno de Ordesa. Que hablen ellas, pues:
Descripción técnica de la travesía completa.
Descripción técnica de la ascensión al Taillón.
Todas las fotos de la travesía (todas las que me han cabido en el servidor: 209 (ni la tercera parte de las que hice...)
Cuándo estuviste por allí? Ya sabes que yo soy fan de Ordesa, y me acabo de tirar 16 días de campamento no muy lejos, en Plan.
ResponderEliminarSubimos al Gran Bachimala con 75 chavales y no veas la panorámica del Posets y el Perdido que teníamos...