(Viene a cuento de la entrada del plan 30: "Los Mundos de Coraline" -concretamente de lo reflejado en el último párrafo-).
Detrás del argumento de "Los Mundos de Coraline" hay realmente un mensaje que, según su interpretación, puede resultar totalmente paradójico y confuso.
Una de las críticas implícitas en la historia es la del estilo de educación de los padres absolutamente complacientes con sus hijos, colmando a estos con todo aquello que les piden. Y tal crítica se refleja en la parte del mundo imaginario de Coraline, cuando en nuestro mundo real es algo bastante habitual. Por otro lado, nuestro sistema es el de la llamada sociedad del bienestar. En definitiva, hoy en día es nuestro mundo real el que pretende ser ideal, al menos desde el punto de vista material.
Sin embargo, la película plantea aquello de "no sueñes con mundos ideales, y confórmate con lo que te ofrece el mundo real, porque lo contrario podría llevarte a una pesadilla..." ¿Conformarnos con este mundo real...? Creo que la paradoja es evidente. Y más aún si consideramos el estres, las preocupaciones, las necesidades inventadas, la superficialidad, las depresiones, el vacío interior... ¡y la crisis...! Se diría que nuestro sueño se está convirtiendo en una pesadilla, ¿no?
Coraline acaba buscando desesperadamente la puerta "cósmica" que le devuelva al mundo cotidiano, porque llega a la conclusión de que lo que le ofrece el mismo es, a fin de cuentas, preferible a la pesadilla que creyó ser un sueño. Pero, ¿de qué pesadilla debemos huir realmente? ¿Del ideal de un mundo mejor, o del ideal materialista? Aunque sólo los que han visto la película (o leído el libro) entiendan plenamente la siguiente frase final, pareciera que la araña que ha tejido la tela de nuestras pesadillas fuese "mamá sociedad".
No hay comentarios:
Publicar un comentario