"Todos somos mucha gente, todos llevamos a muchos dentro, personas con los mismos recuerdos que nosotros que nos van ganando terreno y al final nos sustituyen. En eso consiste la madurez. En no reconocerse". (Los años extraordinarios, Rodrigo Cortés)
miércoles, 9 de junio de 2010
Caminar los sueños.
Apropiada columna de Ángela Becerra hoy en el periódico gratuito ADN: Caminar los sueños.
De acuerdo en todo, pero qué difícil (o imposible) se hace sentir cierto equilibrio en la conclusión final...
Hola, hola... tengo varias cosas que comentarte. Lo primero, que me reí mucho cuando vi que habías cambiado la frase de debajo de título, ja,ja,ja. Ánimo, hombre. Lo segundo, que felicidades atrasadas... hasta ahora mismo no me había dado tiempo a mirar las fechas de lo que comentaste en otro blog... mira que soy curiosa. Lo tercero, que no estoy totalmente de acuerdo con el artículo de Ángela Becerra. Porque si los sueños ayudan a mirar hacia adelante, también es necesario el suelo, que nos permite caminar... y si no, dime qué se siente cuando estás en uno de esos pasos aéreos montañeros... je,je,je.
Aaah, vale... Pero si ya dije que yo no soy nada de eso... Es más, aunque agradezco tu felicitación, debo decir que lo de los cumpleaños (empezando por el mío) es algo que yo incluiría en esa lista del artículo aquel que puse en una entrada, sobre las cosas que gustan a casi todos y a mí me la rempampinflan...
No me fastidies... a mi el zodiaco me la repamfinfla (yo lo digo así, no sé como será), pero el día de mi cumple es un día de gran alegría... ya sé, no soy nadie, pero soy, jolines... y eso hay que 'selebrarlo'. Y con lo majo que eres tú, también es como para celebrarlo. :-)
A ver. Se celebra un día (el del nacimiento) del que es imposible acordarse; sabes que es ese porque lo pone en el DNI y por que te lo han dicho mil veces; si te hubieran querido engañar o hubiese habido una confusión, para tí tendría el mismo valor, porque te lo habrías creído igual; por supuesto, llevando la discusión al terreno biológico y religioso (y ahora político), habría que ver qué día empieza realmente la vida de un ser humano (no entro en ello, me parece otra preocupación irresoluble, pero no deja de ser ambiguo) Luego está lo de la obsesión por los números redondos y los aniversarios o coincidencia de fechas: ¿es más importante cumplir X años exactos que X años, Y meses y Z días?: Convencionalismo matemático sin mayor relevancia. Y ya el colmo es lo importante que es cuando cumples una edad acbada en "0": 20, 30, 40...: más convencionalismos matemáticos: ¿Y si hubiéramos usado otro sistema en vez del decimal? ¿Entonces qué sería eso de la crisis de los 30, o los 40? Chorradas y más chorradas. Y lo peor es que te pasas el día contestando "gracias" por nada, por no haber hecho nada, por que que te felicitan por algo que tú no has hecho, sino que es algo meramente temporal y matemático; a mí me parece una chorrada inmensa: Todos los días de mi vida son igual de importantes. ¿Y si precisamente ese día tengo un mal día, valga la redundancia? ¿También tengo que sonreir y dar las gracias a todo el mundo? ¿Pero yo que culpa tengo de que exista ese día y sea tan importante para todo el mundo? Sin duda, lo que peor llevo es, como siempre, el tener que aceptar obligatoriamente todas estas costumbres impuestas. Y también (aunque cada vez me importa menos), el recibir críticas o reprobaciones por pensar así. ¿Es que tengo que engañar a todo el mundo diciendo: "¡Ah, sí, es mi cumpleaños, estoy feliz, muchas gracias por las felicitaciones"? Sería hipócrita. Simplemente doy las gracias, para no ofender, y punto. Y que llegue el día siguiente cuanto antes... Aunque siempre hay alguien que te llama al día siguiente diciendo: ¡¡Cuanto lo siento, me olvidé de llamarte ayer...!!
Con todos mis respetos a los amantes de los cumpleaños y aniversarios, que en su derecho están de celebrarlos y disfrutarlos, faltaría más. Y con perdón por la sinceridad, debida a mi estado de ánimo actual. Pero todo lo escrito lo pienso igual cuando estoy perfectamente bien y feliz (quienes me conocen lo saben).
Ja,ja,ja... Alberto, no te ofendas, pero me ha hecho mucha gracia tu comentarioooooooo....
Reconozco que coincido contigo en que me molesta bastante tener que estar todo el día dando las gracias el día de mi cumple, incluso a veces me siento algo rara, como hipócrita, y también en que es un día más, como el anterior y el siguiente.
Pero, a la vez, interiormente, es una constatación de que existo. Un día comenzé a vivir y todavía sigo viviendo y ya está... eso me produce una gran alegría interior, del tipo que transmite Julio Villar cuando, al inicio de su viaje, están él y el mar y él comienza a encontrarse a sí mismo, sin más, pero a sí mismo... es ese tipo de sentimiento.
Quizá la manera de celebrarlo sea demasiado convencional, poco auténtica... quizá, es verdad, hay que celebrar la existencia cada día, y ya está.
Sé que eres sincero y eso es lo que me gusta de ti y de tu blog. Y como hay que celebrar la existencia cada día, celebro contigo estos momentos de autenticidad. Y ya está.
Hola, hola... tengo varias cosas que comentarte. Lo primero, que me reí mucho cuando vi que habías cambiado la frase de debajo de título, ja,ja,ja. Ánimo, hombre.
ResponderEliminarLo segundo, que felicidades atrasadas... hasta ahora mismo no me había dado tiempo a mirar las fechas de lo que comentaste en otro blog... mira que soy curiosa.
Lo tercero, que no estoy totalmente de acuerdo con el artículo de Ángela Becerra. Porque si los sueños ayudan a mirar hacia adelante, también es necesario el suelo, que nos permite caminar... y si no, dime qué se siente cuando estás en uno de esos pasos aéreos montañeros... je,je,je.
Hola Estela.
ResponderEliminar¿Las fechas de lo que comenté en otro blog...? Perdona, no me entero...
Ariesssssss....
ResponderEliminarAaah, vale... Pero si ya dije que yo no soy nada de eso... Es más, aunque agradezco tu felicitación, debo decir que lo de los cumpleaños (empezando por el mío) es algo que yo incluiría en esa lista del artículo aquel que puse en una entrada, sobre las cosas que gustan a casi todos y a mí me la rempampinflan...
ResponderEliminarNo me fastidies... a mi el zodiaco me la repamfinfla (yo lo digo así, no sé como será), pero el día de mi cumple es un día de gran alegría... ya sé, no soy nadie, pero soy, jolines... y eso hay que 'selebrarlo'. Y con lo majo que eres tú, también es como para celebrarlo. :-)
ResponderEliminarA ver. Se celebra un día (el del nacimiento) del que es imposible acordarse; sabes que es ese porque lo pone en el DNI y por que te lo han dicho mil veces; si te hubieran querido engañar o hubiese habido una confusión, para tí tendría el mismo valor, porque te lo habrías creído igual; por supuesto, llevando la discusión al terreno biológico y religioso (y ahora político), habría que ver qué día empieza realmente la vida de un ser humano (no entro en ello, me parece otra preocupación irresoluble, pero no deja de ser ambiguo) Luego está lo de la obsesión por los números redondos y los aniversarios o coincidencia de fechas: ¿es más importante cumplir X años exactos que X años, Y meses y Z días?: Convencionalismo matemático sin mayor relevancia. Y ya el colmo es lo importante que es cuando cumples una edad acbada en "0": 20, 30, 40...: más convencionalismos matemáticos: ¿Y si hubiéramos usado otro sistema en vez del decimal? ¿Entonces qué sería eso de la crisis de los 30, o los 40? Chorradas y más chorradas. Y lo peor es que te pasas el día contestando "gracias" por nada, por no haber hecho nada, por que que te felicitan por algo que tú no has hecho, sino que es algo meramente temporal y matemático; a mí me parece una chorrada inmensa: Todos los días de mi vida son igual de importantes. ¿Y si precisamente ese día tengo un mal día, valga la redundancia? ¿También tengo que sonreir y dar las gracias a todo el mundo? ¿Pero yo que culpa tengo de que exista ese día y sea tan importante para todo el mundo? Sin duda, lo que peor llevo es, como siempre, el tener que aceptar obligatoriamente todas estas costumbres impuestas. Y también (aunque cada vez me importa menos), el recibir críticas o reprobaciones por pensar así. ¿Es que tengo que engañar a todo el mundo diciendo: "¡Ah, sí, es mi cumpleaños, estoy feliz, muchas gracias por las felicitaciones"? Sería hipócrita. Simplemente doy las gracias, para no ofender, y punto. Y que llegue el día siguiente cuanto antes... Aunque siempre hay alguien que te llama al día siguiente diciendo: ¡¡Cuanto lo siento, me olvidé de llamarte ayer...!!
ResponderEliminarCon todos mis respetos a los amantes de los cumpleaños y aniversarios, que en su derecho están de celebrarlos y disfrutarlos, faltaría más. Y con perdón por la sinceridad, debida a mi estado de ánimo actual. Pero todo lo escrito lo pienso igual cuando estoy perfectamente bien y feliz (quienes me conocen lo saben).
Aisss... si perdiéramos menos tiempo en medir el tiempo...
ResponderEliminarJa,ja,ja... Alberto, no te ofendas, pero me ha hecho mucha gracia tu comentarioooooooo....
ResponderEliminarReconozco que coincido contigo en que me molesta bastante tener que estar todo el día dando las gracias el día de mi cumple, incluso a veces me siento algo rara, como hipócrita, y también en que es un día más, como el anterior y el siguiente.
Pero, a la vez, interiormente, es una constatación de que existo. Un día comenzé a vivir y todavía sigo viviendo y ya está... eso me produce una gran alegría interior, del tipo que transmite Julio Villar cuando, al inicio de su viaje, están él y el mar y él comienza a encontrarse a sí mismo, sin más, pero a sí mismo... es ese tipo de sentimiento.
Quizá la manera de celebrarlo sea demasiado convencional, poco auténtica... quizá, es verdad, hay que celebrar la existencia cada día, y ya está.
Sé que eres sincero y eso es lo que me gusta de ti y de tu blog. Y como hay que celebrar la existencia cada día, celebro contigo estos momentos de autenticidad. Y ya está.