domingo, 3 de agosto de 2014

Guadarrama, la sierra de los inagotables rincones por descubrir




Si, es cierto que no debe tener más rincones por descubrir que otras muchas sierras, y que mucho más inagotables deben ser esos rincones en sistemas montañosos más complejos, pero hay un par de motivos que le dan un especial valor a dichos rincones del Guadarrama.



Primero, precisamente la humildad de esta sierra, su relativa pequeñez, que no impide que sigan apareciendo nuevos “micropaisajes” insospechados (o poco imaginados) ante el montañero que ya lleva muchos años recorriéndola, cuando ya creía conocerla del todo; en Pirineos o en Los Alpes es lógico que sea así, pero en Guadarrama las sorpresas acaban por ser “metasorpresas”, porque llega un punto en el que ya no se esperan más, y sin embargo haberlas sigue habiéndolas.





En segundo lugar, esos rincones parecen seguir siendo secretos, porque lo normal es que uno se encuentre con la soledad en ellos; nuevamente es algo esperable en cordilleras más amplias que Guadarrama, pero sorprendente en un masificado paraje a menos de una hora de la capital, con efecto reclamo potenciado tras su declaración como Parque Nacional y, sobre todo, insisto, relativamente menor en dimensiones. ¿Dónde se ha metido todo el mundo que sabes que ese mismo domingo está pululando por esta pequeña sierra? No, más bien dónde me he metido yo…





A veces, apenas hay unos metros entre uno de esos rincones y la senda por la que transita la gente de manera frecuente; de vez en cuando escuchas alguna cercana conversación, mientras tú estás inmerso en un pequeño micromundo que te separa del resto. Sólo era cuestión de explorar un poco más, de meterte por ese recoveco entre los riscos que muchas otras veces antes habías visto desde el camino que muchos más conocen.





Pero mejor que sigan siendo “secretos”. Que los encuentre quien los busque. Ya han facilitado los mapas esa labor, y aunque de vez en cuando a mí me da por explicarlo en alguna descripción, algunos de ellos merecen conservar el encanto del misterio, que no lo es para algunos, quizás para muchos, pero en cualquier caso si lo es para la inmensa mayoría. El descubridor saldrá ganando si explora por si mismo, sin indicaciones de nadie.








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