jueves, 26 de marzo de 2009

Cumplido plan 19 (con "recortes"): Sierra de Béjar o de Candelario.

De Sierra de Béjar


ADVERTENCIA: El montañismo es una actividad que supone riesgos. No debe realizarse sin la experiencia y el material adecuados. El autor se exime de toda responsabilidad sobre cualquiera de las posibles decisiones que pudieran tomar al respecto quienes lean esto, y por tanto de sus consecuencias.

De Sierra de Béjar


En esta ocasión ocurrió lo que no pocas veces antes: Hubo que renunciar a buena parte de los objetivos, debido a que se nos echaba el tiempo encima (que suele ser el motivo mayoritario). La clásica excursión de la que vuelves sin cima.

De Sierra de Béjar


De la idea inicial de hacer cumbre en el Canchal de la Ceja y El Torreón, regresando por las Portillas de Talamanca y de Galindo, la cosa se redujo a la subida hasta la más alta de las Lagunas del Trampal (que actualmente es el trampal, otrora laguna). Desde aquí, intentamos subir a La Ceja por su cara norte, por unas rampas de nieve que desde abajo parecían menos inclinadas, y que luego nos dieron más miedo, además de estar muy dura la nieve (practicamente era hielo). Así que renunciamos, y poco después decidimos que lo mejor era pensar ya en la bajada, para evitar la noche. (¡acertamos!).

De Sierra de Béjar


¿Qué te pierdes cuando no haces cumbre? Por un lado, no satisfaces el instinto ambicioso de casi todo ser humano (más o menos elevado en cada uno), lo cual no considero muy grave, al menos en mi caso, pues cada vez creo menos en la mayoría de los géneros de ambición humana (por muy instintiva que sea, pero actualmente tan artificializada y peligrosa). Por otro, te quedas con una pequeña ilusión no cumplida: esto ya si me resulta más decepcionante; en mi caso era, sobre todo, ver una parte de la sierra que no conocía de cerca. Y finalmente, te pierdes esa extraña sensación psicológica de la cima, análoga al hecho de estar físicamente elevado sobre muchos metros y mucha superficie a tu alrededor. Por supuesto, también están las sensaciones paisajísticas. Y bastantes más aspectos o puntos de vista, más o menos difíciles de explicar. Y, claro, todo ello está estrechamente relacionado entre sí.

De Sierra de Béjar


Pero, tras la decisión de renunciar a todo objetivo que no fuera volver al punto de incio, apareció una cierta liberación de estrés y prisas (que luego no nos habrían venido mal), que nos permitió disfrutar del otro aspecto de la montaña: el contemplativo. Bajar a la orilla de la segunda laguna (que en la subida habíamos pasado de largo) para comer tranquilamente, observar la laguna más baja desde el desagüe de la segunda, escuchar la tranquilidad del silencio, hacer fotos, etc. El montañismo tranquilo.

De Sierra de Béjar


La Sierra de Béjar es, de hecho, un lugar ideal para este tipo de disfrute, dada su relativamente poca afluencia de visitantes, al menos en su vertiente abulense (al parecer desde la zona de Candelario sube más gente). Nosotros estuvimos casi todo el rato solos, y ciertamente es una gozada poder sentirse tan lejos del mundanal ruido (al menos a nosotros nos lo parece así).

De Sierra de Béjar


Por último, hacía tiempo que no contemplaba un paisaje nevado tan vistoso. De hecho, desde que estuvimos en Los Alpes en agosto del año pasado, todas las excursiones que había hecho habían estado claramente por debajo de ésta en ese sentido. El reencontrarse con esta espectacularidad visual depués de tanto tiempo es también un aliciente. Incluso habiendo estado en esta misma sierra y en estas mismas lagunas anteriormente, pero en verano, me pareció un lugar impresionante.

De Sierra de Béjar


De Sierra de Béjar


Todas las fotos de la excursión.

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