Me refiero a la Sierra de Guadarrama, que sigue sufriendo el escaso alejamiento de su maltratador, Madrid. El catedrático de geografía y montañero Eduardo Martínez de Pisón, que pertenece al primero de los dos grupos mencionados en el título de esta entrada, explica muy bien esta cuestión en el siguiente artículo, haciendo un doble ejercicio: Por un lado, una poética declaración de amor al Guadarrama, y por otro una lúcida crítica a quienes sólo pretenden un matrimonio de conveniencia con esta sierra:
Otoño en la sierra.
Me ha gustado mucho el artículo... lo llevo a mi blog. ;-)
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