lunes, 22 de diciembre de 2008

Cumplido plan de escapada 2: La Sur de la Maliciosa.

ADVERTENCIA: El montañismo es una actividad que supone riesgos. No debe realizarse sin la experiencia y el material adecuados. Tampoco es del todo recomendable en solitario. El autor se exime de toda responsabilidad sobre cualquiera de las posibles decisiones que pudieran tomar al respecto quienes lean esto, y por tanto de sus consecuencias.

Nota: Las fotos, escogidas según criterio estético personal más que como explicación del texto, no siguen el orden adecuado de la excursión, al ser imposible insertarlas entre el texto de manera que sea coherente con el mismo, salvo en casos excepcionales.


De Maliciosa 4



Estaba enfadado con la montaña. Recientemente me lo había puesto dificil, haciendome bastante vacía la mayor parte de mi última semana de vacaciones. Incluso una excursión por Peñalara dicha semana me resultó desprovista de aliciente. Los siguientes fines de semana, incluido uno con puente, aceptaba con fastidiosa pero inédita resignación la meteorología adeversa, importándome menos de lo habitual en mí el no poder salir; en otras ocasiones incluso habría salido aún con ese mal tiempo. La verdad es que no me apetecía mucho verla.


De Maliciosa 4



Pero ya nos hemos vuelto a ver. Y ya estamos bien de nuevo. Como siempre.

¿Es posible permanecer mucho más tiempo con esa indiferencia montañera, tras volver a contemplar la belleza nevada de la Sierra de Guadarrama, tal y cómo reflejan (como pueden) las fotos? En mi caso, no.


De Maliciosa 4



"Bien está lo que mal empieza". Así podría titularse la excursión del sábado 20 de diciembre a La Maliciosa. Parecía que en esta ocasión los vigilantes del mundo real no querían dejarme escapar de mi prisión, de la fría mazmorra en que seguía desde mis vacaciones. A poco de llegar a la boca del metro, me doy cuenta de que me he dejado el móvil en casa. "¿Qué será de mi sin el aparatito?". Tras la carrera y la recuperación del susodicho, no sé dónde está la cámara de fotos, que esta vez había acoplado a la mochila de una manera diferente... "¡Se me ha caído en la carrera!"... A buscar por toda la calle, con la esperanza de que nadie se la haya encontrado y se la haya quedado... por supuesto, una vez recorridos todos los metros por los que me había movido, ni rastro de ella... a todo esto, perdiendo tiempo para llegar al autobús de Moncloa a Navacerrada pueblo... Del estress y nerviosismo paso en breve al más enorme bajón de ánimo... ¿es que no puedo escaparme tranquilo? ¿Por qué me tienen que pasar estas cosas? No era ya cuestión de la pérdida de la cámara o del autobus, sino del hecho de sentirme tan torpe, tan patán, y también de ver cómo el día que tenía que servir para elevar el ánimo, parecía que iba a servir para todo lo contario... Por eso, el ligero alivio al notar que la cámara seguía perfectamente sujeta a una correa de la mochila distinta a la que yo estaba acostumbrado, no sirvió para sentirme mucho mejor, pues precisamente me parecía aún más absurdo volver a protagonizar, por enésima vez en mi vida, una escena tan patética...


De Maliciosa 4



...ya en el autobús (el segundo del día, el primero lo perdí por cinco minutos), pronto pude ver el semblante sur de Cuerda Larga, nevado como cada vez es menos habitual, y coloreado por el rojizo amanecer... una luz de ánimo se empezaba a encender...


De Maliciosa 4



Horas más tarde, estaba subiendo por el tubo sur directo de La Maliciosa, algo que cada vez es más eventual, y quien sabe si en un futuro será tan absurdo como una estación de esquí en la playa o los campos de golf en Murcia... Por eso, me sentía privilegiado. Era un lujo poder usar los crampones en aquel lugar, rememorando con éxito una vieja excursión fracasada, en los tiempos de la casi total falta de experiencia montañera...


De Maliciosa 4



Poco antes de inciar el tubo, me había encontrado con otro montañero solitario. Durante el breve rato que coincidimos, me comentó que últimamente salía menos por diversas circunstancias relacionadas con la vida real... me suena... la dificultad de escapar, y más aún cuando se trata de algo que precisa de voluntad; hay que hacer un esfuerzo físico y, normalmente, hay que madrugar. A mí, aquella mañana, el despertador me había sonado más a rutinario que a "vamos a la sierra...".


De Maliciosa 4



Pero una vez allí, subiendo, y a pesar de la relativa baja forma (muy baja comparado con la que he llegado a tener este año), estaba de nuevo disfrutando, volviendo a comprender por qué vuelvo. En casa, en la vida real, sabes que te gusta, sabes que lo añoras, pero no lo puedes sentir. Para eso tienes que escapar. Ponerte el "Requiem" de Mozart o la banda sonora de El Señor de los Anillos mientras ves tus fotos del viaje de verano en los Alpes... o escapar de verdad. Sólo allí arriba puedes volver a sentirlo otra vez. Y luego, aquí sentado frente al ordenador, no eres capaz de plasmarlo.


De Maliciosa 4



No pasé miedo esta vez. Rampas de hasta 35º, bastantes metros de tubo debajo de mí, la nieve consistente... Pero estaba tranquilo, seguro. Gozando.

Tras la relativa soledad de la subida, macroencuentro en la cima, con todos los que suben desde el Puerto de Navacerrada. Busco hacia el sur un lugar menos abarrotado para comer. Una vez más, el paisaje que tantas veces he visto. La Pedriza, Cuerda Larga, Siete Picos, Fuenfría, Mujer Muerta, al fondo Gredos. No me canso de seguir comprobando que todo sigue en su sitio. Cuántos años llevo, y cuántos (muchos más) espero que me queden para seguir subiendo. Y ojalá siga estando todo en su sitio, aunque cada vez es más difícil de asegurar incluso eso.


De Maliciosa 4



¡Cuánta nieve ha caído! A pesar de ser consciente de mi baja forma, tengo ganas de comerme con patatas todas las palas que me de tiempo... De repente, tengo ganas de subir al Cerro de Valdemartín, para luego bajar por la norte de Cuerda Larga, por algún divertido corredor. Como no había plan posterior para después de hacer cumbre en La Maliciosa, aparece la improvisación, el senderismo libre; no tengo que volver a ningún coche; menos tienes, menos te preocupas (lo mismo con el móvil y la cámara).


De Maliciosa 4



Bajo al Collado del Piornal. No quiero subir al Alto de las Guarramillas (esta montaña dejó de estar en su sitio desde que instalaron "Cabo Cañaveral" en su cima); prefiero bordear por la loma sureste de aquella, para bajar al Arroyo de la Condesa, y subir desde ahí a la Loma de Valdemartín. Qué buena pinta tiene... pero qué tarde es... ciertamente, ni estoy fuerte, ni la nieve debe estar a esta hora consistente, como para asegurar que voy a tardar un tiempo aceptable en llegar a Cotos. ¿Vuelvo al Collado del Piornal y bajo por La Barranca a Navacerrada? ¿Voy al Puerto del mismo nombre?... la verdad es que lo que más me atrae es hacer un rápido descenso por nieve... es una de esas cosas que se disfutan mucho, y estoy junto a una bonita ladera para hacerlo... pero baja al Manzanares, y no me apetece en absoluto, por enésima vez, volver por la carretera de siempre al pueblo de siempre (de nuevo el regreso al mundo real desluce la escapada). Afortunadamente, hay una aternativa similar en distancia, y no se me escapa: El Boalo. De nuevo agradezco a la montaña las muchas posibilidades que me ofrece, y la consiguiente ocasión para elegir la que más me pide el cuerpo... me siento, más o menos, libre.


De Maliciosa 4



Tras la muy entretenida bajada por la ladera nevada hasta el Arroyo de la Condesa (una gozada, largas y rápidas zancadas sobre la mullida pero consistente nieve, casi dejándome llevar por la fuerza de la gravedad), sin embargo seguir todo su cauce (y luego el del propio Manzanares) hasta el Puente de los Manchegos se hace bastante cansino por la nieve blanda, en la que me hundo con bastante frecuencia hasta las rodillas. Qué se le va a hacer.


De Maliciosa 4



Finalmente, ya por pista de tierra hasta El Boalo, incluyendo un par de atajos (uno nocturno y campo a través, bastante satisfactoriamente resuelto), disfruto de una bella puesta de sol sobre La Pedriza y Cuerda Larga. Más de una hora la pateo en plena noche. Llegando al pueblo, contemplo la difusa pero evidente imagen de la Cuerda de los Porrones y la conquistada Maliciosa, privilegio que debo, paradójicamente, a la contaminación lumínica de esta nuestra Comunidad.


De Maliciosa 4



Vuelvo a tener ganas de montaña. Vuelvo a tener ganas de escapar. Vuelvo a sentirme vivo. Vuelvo a sentirme yo.


Descripción técnica de la ascensión. La mayor parte de la descripción se refiere a otra ascensión realizada en verano de 2007, en la que coincide la ruta de subida, pero no la de bajada. Se incluye un epígrafe con los datos aportados por la escapada narrada en este blog, así como cuatro fotos de la misma.

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