"Todos somos mucha gente, todos llevamos a muchos dentro, personas con los mismos recuerdos que nosotros que nos van ganando terreno y al final nos sustituyen. En eso consiste la madurez. En no reconocerse". (Los años extraordinarios, Rodrigo Cortés)
lunes, 15 de febrero de 2010
NO cumplido plan 65 (El Peñotillo)
ADVERTENCIA: El montañismo es una actividad que supone riesgos. No debe realizarse sin la experiencia y el material adecuados. El autor se exime de toda responsabilidad sobre cualquiera de las posibles decisiones que pudieran tomar al respecto quienes lean esto, y por tanto de sus consecuencias.
Pues no, éste tampoco. De nuevo, no cumplido. Últimamente están "fracasando" unos cuantos planes (no me estoy llevando bien con este invierno).
En esta ocasión la sensación de frustración ha venido motivada por varias circunstancias. Por un lado, llevábamos varias semanas esperando que hubiera un finde con tregua meteorológica para poder irnos un par de días a Gredos. Cuando por fin parece que va a llegar el momento adecuado (y sin errores aparentes en las previsiones), y ya lo tenemos casi decidido, al final me echo para atrás por otra circunstancia meteorológica: el frío: la idea era dormir en un refugio libre sin chimenea a unos 2000 metros de altura, y la temperatura prevista era de unos -14ºC a esas altitudes. Al principio estaba dispuesto a hacer frente al reto, pero pronto me di cuenta que estaba más preocupado por la posible situación que ilusionado por el viaje; cuando vi que la cuestión me quitaba el sueño, decidí liberarme del peso echándome para atrás y dejándolo en excursión de un día. Eso sí, es cierto que efectivamente me quedé más tranquilo que frustrado por renunciar. Pero supongo que algo queda en el subconsciente...
La segunda cuestión consistía en buscar una alternativa de un día. Como siempre, tratamos de buscar por Guadarrama algo que nos pudiera llamar la atención por la originalidad (qué poco queda ya, aparentemente...). Tras mirar ventajas, inconvenientes y apetencias de varias opciones, decidimos finalmente retomar una idea manejada atrás -no hace mucho, la verdad-, que era subir al Peñotillo de la Maliciosa por su relativamente poco conocida cara suroeste: ni habitual para senderistas - montañeros, ni interesante para escaladores (que como mucho la usarán para bajar una vez escalada otra pared). Pero por un lado estaba bastante reciente nuestro conocimiento de ésta ruta, aunque de bajada, en el plan 46, y a mí me daba la sensación de ser un pelín pronto para que nos llamase la atención, y por otro -y ésto si me llegó a fastidiar bastante a posteriori-, sospechábamos que podía haber hielo formado en alguna necesaria trepada, impidiéndonos el paso, lo cual se confirmó in situ. Me dio rabia que no lo hubiéramos tomado por más evidente, dado el frío.
Lo de la cierta falta de originalidad o sorpresa en la vía de acceso a la cumbre del Peñotillo lo suplimos improvisadamente con una buena y agradecida idea: recorrer toda la Cuerda de los Almorchones desde la zona del Collado de los Escondidos (antes de llegar al Embalse de la Maliciosa), cosa que, además de no haber hecho nunca, tenía mucho sentido pues es la misma cuerda a la que pertenecen el Peñotillo y La Maliciosa.
Y en esta parte del recorrido disfrutamos de nuevas perspectivas de un paisaje conocido, situados en la divisoria de los valles del Arroyo Tijerillas y el de Peña Jardinera, contemplando privilegiadamente otras dos cuerdas a ambos lados, aún más llamativas que la nuestra: la de las Buitreras y la de Los Asientos. Es una de las zonas más vistosas de Guadarrama, y cada nuevo punto de vista descubierto proporciona un aun mayor apego a una montaña que nunca acaba de ser conocida del todo. En el fondo del valle del Arroyo de Peña Jardinera observábamos grupos de senderistas que se acercaban al corredor sur de La Maliciosa por un itinerario que yo ya conocía (por ejemplo, en el plan 2), y ya entonces suponía una novedad para una cima muchas veces hollada antes; ahora transitábamos por esta nueva cuerda solitaria (no nos cruzamos con nadie), y pensábamos en esa anterior ruta de abajo como entonces habríamos pensado en la primera ascensión desde Manzanares el Real por las pistas de la Pedriza. Vas conociendo a una montaña como vas conociendo un disco, una película o incluso a una persona: no es verdad eso de que con la primera vez ya conoces todo, ni mucho menos; de hecho, siempre queda algo nuevo por ahí...
La otra "gracia" de la Cuerda de los Almorchones estuvo en la posibilidad -lograda- de subir también al Peñotillo Bajo por las dos caras de la cuerda, por tanto sin rodearlo renunciando a la cresta estricta. Eso además nos permitía explorar nuevas trepadas, haciendo más entretenido el itinerario, jugando a "escalar". Todo parecía indicar que podríamos recorrer el cordal completo, de la manera más "elegante" posible...
...Pero no. Al llegar al punto del corredor del Peñotillo Alto en que hay que abandonar éste por una de sus paredes, ésta estaba -como ya he dicho- cubierta de hielo por la zona de trepada accesible. Ahí tenemos a Iván comprobando que incluso en un posible punto alternativo el verglas impedía una seguridad completa:
Así que a renunciar, y en este punto vino el momento de frustración: Otra vez una excursión no completada, otra vez una idea a la que renunciar, y otra vez una vía que, por haber sido visitada dos veces en menos de cuatro meses, habrá que dejarla olvidada un tiempo hasta que no parezca repetitiva y vuelva a apetecer (y ahora con la Cuerda de los Almorchones ya "desvirgada" y no "descubrible")...
Al final, la ascensión (que definitivamente fue a la propia Maliciosa) se convirtió en una esforzada y nada ortodoxa "trepada mixta" en canchal, enebro rastrero y nieve / hielo. Una cutrez en plan agreste, vaya. Como tantas veces hemos hecho. Al cansancio de las trepadas exploratorias del Peñotillo Bajo se unió el tránsito por el canchal salpicado heterogéneamente de nieve dura, procurando no pisar sobre hielo.
Tuvimos el privilegio de llegar a la cima totalmente solos, cosa insólita en esta montaña un domingo, de no ser por que ya eran las cinco de la tarde en pleno invierno. Continuamos disfrutando del conocido pero siempre bonito paisaje nevado, y completamos una excursión por una zona tan transitada de Guadarrama sin llegar a cruzarnos absolutamente con nadie, salvo llegando ya al Puerto de Navacerrada... ¿quién dice que eso es imposible...?
En fin, que a pesar de todo la sensación general acabó siendo, como siempre que salimos al monte, positiva. El día que logremos finalizar lo que nos hemos propuesto de inicio ya va a ser la bomba...
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Hola,
ResponderEliminarHe llegado a este blog de casualidad y me ha gustado mucho.
¡Enhorabuena por las fotos y por la filosofía del blog!
Seguro que ya has podido realizar el recorrido completo. A mi me chifla la última crestita que hay justo antes de llegar aplicó.
ResponderEliminarEso si !que fotos más bonitas hicisteis.
Saludos.