Hace un mes publiqué una entrada bajo el título de Obesidad y cambio climático, a la que me remito ahora para poder explicar la intención de ésta. El mismo razonamiento de entonces se puede aplicar (al menos como idea) a la nueva metáfora que planteo ahora.
En este caso, habría que puntualizar que son los flacos los que se ven obligados a seguir a régimen, mientras que los que tienen sobrepeso no suelen ser conscientes de ello, y los que "sufren" obesidad mórbida no sólo lo saben, sino que desean seguir engordando. El mundo al revés, pero es lo de siempre, con o sin crisis.
Como ejemplo surrealista del mundo absurdo en el que vivimos, me parece muy difícil entender que al mismo tiempo que nos han estado bombardeando constantemente con los estragos de la crisis económica, se ha seguido gastando grandes cantidades de dinero en cosas tan inútiles como el famoso obelisco de Calatrava. No es que la quiera tomar con este ejemplo concreto, porque de hecho si nos ponemos a pensar en la cantidad de despilfarros tan "necesarios" como éste que se llevan a cabo en nuestro mundo, ya sea por iniciativa individual, popular, empresarial o institucional, es inevitable (al menos para mi llano entendimiento) llegar a la conclusión de que lo de la crisis debe ser una especie de broma o chiste para muchos.
P.D.: Bueno, la verdad es que si ponemos en relación las dos metáforas mencionadas, esto es probablemente lo más lejanamente parecido a una utilidad que va a haber tenido nunca el mencionado obelisco (aunque dudo que ni esto a la larga sirva para algo):
Greenpeace escala el Obelisco de Calatrava para parar el cambio climático
Que conste que la idea de ambas entradas la tuve antes de la coincidencia.
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