domingo, 21 de febrero de 2010

SI cumplido plan de escapada 67: Peña del Águila



ADVERTENCIA: El montañismo es una actividad que supone riesgos. No debe realizarse sin la experiencia y el material adecuados. Tampoco es del todo recomendable en solitario. El autor se exime de toda responsabilidad sobre cualquiera de las posibles decisiones que pudieran tomar al respecto quienes lean esto (que nunca debe entenderse como una "guía"), y por tanto de sus consecuencias.



Bueno, al fin pude cumplir de nuevo un plan propuesto. Y es cierto que el objetivo no era complicado, aunque por un lado se hizo esforzado por el estado de la nieve, y por otro ha llegado un punto en el que hay que valorar que las circunstancias (sobre todo meteorológicas) puedan dar una pequeña tregua, con lo que cualquier cosa que se haga ya produce satisfacción. De hecho, cuando ayer comencé la excursión toda la zona central de la sierra estaba tapada de nubes, y ya pensaba que se iba a fastidiar de nuevo (otra vez las previsiones equívocas...)





Pero lo cierto es que finalmente fue un día estupendo. Y hay que decir que ayer lo de menos fue la actividad realizada. Es verdad que en montañismo, como deporte que es, hay un porcentaje de disfrute que depende del valor o dificultad de la conquista lograda. Pero no es menos cierto que, debido al marco en que se desarrolla, los disfrutes se multiplican y diversifican: el paisaje, la vegetación, la fauna, la armonía de la naturaleza, la paz, el silencio, la limipeza del aire, la soledad, etc., etc. De esta manera, unas veces se siente uno más realizado por lo que ha sido capaz de hacer en montaña, y otras se siente agradecido a lo que la montaña le ha ofrecido. Ayer fue, con creces, una de las segundas ocasiones: Un disfrute paisajístico inolvidable.







La sierra estaba vestida de gala invernal como pocas veces. Yo ya no recordaba esta zona de Guadarrama con tanta nieve. ¿Cuándo íbamos a poder ver esta sierra nuestra como se ve en esas viejas fotos de la estación de Cercedilla?, me preguntaba la semana anterior (como tantas veces antes), después de bajar de la Maliciosa... Pues ayer fue ese día. Era un sueño deseado muchas veces, al fin cumplido. La cara sur de Siete Picos, La Maliciosa, Mujer Muerta, el Valle de la Fuenfría... todo blanco, todo precioso. Alucinante.









También es cierto que las condiciones eran las que he esperado tantas veces para subir al Cerro del Castillo con el fin de obtener una panorámica general de la sierra lo más nevada posible (planes 7, 58 a y 58 b). De hecho, hubo un momento en que me debatí sobre qué hacer: la sierra estaba más nevada que en esas tres ocasiones anteriores, y ya es un reto paisajístico - fotográfico muy anhelado; iba a tener la mejor oportunidad... pero ya estaba cansado de subir una y otra vez al Cerro del Castillo; ya me parecía una idea repetitiva. Me debatía entre ese deseo tan buscado y deseado y tan difícil de encontrar el día más adecuado, y la desgana de lo rutinario... Realmente me apetecía hacer algo menos habitual (a Peña del Águila sólo había subido dos veces, y nunca con nieve), pero me daba rabia desaprovechar un tipo de día que es dificilísimo encontrar, y que había casi reservado para ese plan...





Hasta el punto de que el sábado, al despertarme una hora antes de lo planeado y no coger sueño ni sentir que tuviera demasiado (sorprendente), decidí coger el tren anterior. Pensé entonces que, dado lo relativamente breve y fácil del plan de Peña del Águila, lo mismo podía primero bajarme en Collado Mediano, en un par de horas subir al Cerro del Castillo, hacer las fotos y bajar al tren de las 11:15 a Cercedilla, posiblemente dándome tiempo luego a subir a Peña del Águila (a costa de darme una paliza un poco estresante). En cualquier caso, compré en Atocha el billete a Cercedilla para poder decidirlo por la marcha, a la vista del panorama de la sierra. Es entonces, desde el tren, cuando pude comprobar que nuevamente la previsión meteorológica parecía haberme tomado el pelo por enésima vez: anunciaban poco nuboso aumentando a intervalos nubosos a mediodía, y a las 8:30 ya estaba desde La Peñota a La Najarra completamente cubierto... Me quitó de encima el peso del Cerro del Castillo, que descarté rápidamente, pero ya volvía a ver un nuevo plan frustrado...





Ya en plena excursión, subiendo hacia el objetivo, y con las nubes tapando todas las cumbres de la zona (incluída "la mía"), empecé a mentalizarme de que aquello no parecía que fuese a ser un itinerario panorámico. Lo que tenía claro es que Peña del Águila es un terreno de fácil orientación, con sendas que seguramente tendrían huella hasta, al menos, la pista de la Calle Alta, y probablemente también hasta el Collado de Cerromalejo, y luego un constante muro de piedras haría rara la pérdida por la cuerda aun con niebla. Esta vez no quería escribir aquí lo de "NO cumplido"; por mí no iba a ser, aunque las nubes y AEMET me la volvieran a jugar.





La filosofía de la excursión tomaba entonces otro cariz. No era el disfrute paisajístico, sino el valor del "regustillo aventurero". Es decir, que parecía que iba a ser de ese tipo de actividades de satisfacción personal por lo logrado, más que admirar la belleza de la montaña invernal.





Pero luego la cosa volvió a cambiar. En parte porque, para evitar el sudor de subir con polar y cortavientos (sin querer quitármelos pues hacía bastante frío y viento), iba parando bastante, y en parte porque en esas paradas si iba disfrutando de la belleza del entorno cercano, de los pinares nevados, de los detalles del hielo, de la fotografía. El caso es que iba subiendo despacio, y le di tiempo a las nubes para que, ya en la subida final, acabaran descubriendo casi toda la sierra. Y entonces fue una sorpresa poder disfrutar de aquel paisaje tan conocido pero pocas veces tan lujosamente adornado de blanco.











Entonces comprendí que lo del Cerro del Castillo era lo de menos. Aquel era otro lugar perfecto para poder disfrutar de una panorámica nevada de la sierra. De hecho, aún mejor. Un día inolvidable.















3 comentarios:

  1. unas fotos preciosas !!

    ResponderEliminar
  2. vaya peñotillo nevado!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!que pena no haberlo pillado el otro día

    ResponderEliminar
  3. Gracias, lledo, pero yo siempre digo que el mérito principal es del paisaje (y no es falsa modestia).

    Pues sí, Iván, cuando lo vi lo pensé también... Ahora, a ver si aguanta la mayor cantidad de nieve posible.

    ResponderEliminar