Nunca me he tomado en serio el horóscopo. Las pocas veces que lo leo es por puro aburrimiento, y para confirmar mi escepticismo al respecto.
Pero ayer vi la luz. En un periódico, eso que los entendidos llaman "mi signo" (como si me perteneciera o viceversa) rezaba lo siguiente:
"Vas a encontrarte genial en todos los sentidos, estarás pletórico y muy activo".
Eso no puede ser una casualidad: Es absolutamente improbable que hayan acertado "al tuntún" lo diametralmente opuesto a la realidad. Pero también hay que ser cabrones para recochinearse del estado de ánimo de la gente con tal sarcasmo...
...Bueno, reconozco que, al menos, lograron hacerme reir... como casi siempre que leo el horóscopo.
Ahora que lo comentas, hace mucho que no leo un horóscopo. Quizá sea un espacio absurdo de los periódicos y revistas, aunque seguro que a muchos les hace reír como a ti; aunque sólo sea por eso...
ResponderEliminarSi no recuerdo mal, suelen ser más positivos que negativos y si tú lo leíste un viernes, era más apropiado que pusieran que te ibas a comer el mundo... léeo el lunes, seguro que dice que quizá estés un poco bajo de tono, pero que a lo largo de la semana te irás recuperando,je,je.
Yo soy acuario, ¿y tú?
PD Siento lo del Atleti; está vez sí jugó mejor ¿no?
Yo no soy nada (o no me considero nada); en teoría, se supone que soy aries...
ResponderEliminarEfectivamente, el atleti jugó mejor, pero perdió injustamente, como tantas y tantas veces... Más de 10 años con cara de perdedores, y nos ha durado la alegría una semana... ahora otra vez "el pupas"...
...de todas formas, ojalá mi mayor problema fuera el fútbol... regalaría la Europa League a cambio...
Me parto con tu entrada... yo tampoco creo en el horóscopo, sobre todo cuando leo varios periódicos el mismo día...
ResponderEliminarBesos
Tres regalos para darte ánimos: un poema y dos canciones.
ResponderEliminarCanción primera: Porque las cosas cambian, de Enrique Bunbury.
Canción segunda: Moj dilbere, de Mostar Sevdah Reunion.
Uno de mis últimos breves poemas.
"Sin uñas"
Te he arañado,
tantas veces,
mi destino,
que ya
no me quedan uñas.
Estás sangrando,
y con heridas,
pero estás.
Estoy dañada
y sin uñas,
acurrucada,
pero,
estoy.