martes, 30 de junio de 2009

Cumplido plan 32: Sierra de las Parameras.

De Parameras


ADVERTENCIA: El montañismo es una actividad que supone riesgos. No debe realizarse sin la experiencia y el material adecuados, ni tampoco es del todo aconsejable en solitario. El autor se exime de toda responsabilidad sobre cualquiera de las posibles decisiones que pudieran tomar al respecto quienes lean esto, y por tanto de sus consecuencias.

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La Sierra del Zapatero era para mí, desde hacía unos cuantos años, la montaña "de paso" que siempre veía desde el autobús en mis viajes a Gredos. Me llamaba la atención, me gustaba, me apetecía subirla, conocerla y recorrerla, e incluso me lo planteba para un futuro, pero siempre quedaba ensombrecida por objetivos más elevados, apartada para otra ocasión. Al cabo de mucho tiempo, no es que los objetivos de Gredos hayan quedado agotados (nunca, espero), sino que ya había llegado el punto en el que me atraía tanto este nuevo macizo como su "hermano mayor". Había llegado el momento de conocerlo.

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Desde el momento de plantear la ruta, pasando por un par de intentonas recientes suspendidas, había pasado ya tiempo como para hacer más ilusión. Sin embargo, la acumulación de actividades montañeras en los últimos dos meses, algunas especialmente memorables, me llevaba quizá a una sensación menos motivada, más rutinaria. Por otro lado, ya en la propia ruta, el cansancio acumulado y una noche previa de mal dormir produjeron un estado físico lejano a óptimo, aunque dentro de lo llevadero. En fin, que no tenía los sentidos ni las sensibilidades como para disfrutar de esta ruta como más se merecía. No al menos tanto como en Sierra Nevada en Mayo o en Pirineos a principios de Junio. De hecho, también la magnitud de estas actividades y del marco en que se realizaron quizá ensombrecieron a esta ruta por las Parameras. Bueno, la cosa no fue para tanto, ni mucho menos: en general disfruté, y no llegué a renegar, ni de lejos, como en la Peña del Rayo en Abril o paseando al sur de Guadarrama en aquel nevado 7 de Febrero. Quizá me ha pasado lo que con el último disco de Dream Theater: Me ha gustado bastante pero esperaba más. Lo cual en parte es una pena, después de tantos años deseando esta excursión.

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Pero quiero quedarme con lo bueno. Con las bonitas formaciones graníticas de esta sierra. Con sus entretenidas trepadas. Con el chapoteo en alguna de las pozas con cascadita de la Garganta del Zapatero. Con la espectacular confección de la tela por parte de una araña cerca de esa misma poza; verlo en vivo resulta impresionante: por la agilidad y por el sentido geométrico del animal; Increíble; Por mucho que me expliquen que es instintivo, información transmitida genéticamente a lo largo de milenios de evolución, etc; Hay que verlo para creerlo, y mejor en vivo que en un documental.

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Y lo mejor de la ruta fue la noche, en el mismo punto culminante del itinerario, el Pico Zapatero. Pude así obtener la diferente apreciación del paisaje (por cierto, muy completo y panorámico, de Guadarrama a Gredos y Sierra de Béjar) entre la tarde y la mañana del día siguiente. Pude ver el Macizo de Gredos prácticamente completo (sólo faltaba alguna parte entre el Circo de la Laguna Grande y La Covacha), y recordar algunas excursiones por el mismo, especialmente por el sector oriental (Sierra del Valle, Cabezo de Mijares, Torozo); qué recuerdos. Como también es otro grato recuerdo, de otra índole no montañera, pero sí de toda la vida, la vista del Valle de Amblés, que tantas veces he recorrido para ir al pueblo de buena parte de mi familia: por cierto, desde el cual también veía, desde aquella carretera de rectas interminables, más lejana pero también atractiva, esta Sierra de las Parameras. Pude disfrutar de la puesta de sol (algo de lo que creo que nunca me cansaré). Y pude disfrutar de la estrellada noche, a pesar de no ser ya luna nueva (recordemos que ésta la aproveché el fin de semana anterior en Peñalara) y a pesar de, nuevamente, la contaminación lumínica: Ávila y... sí, Madrid: a 100 kilómetros en línea recta sigue siendo más que visible: es más, por la mañana pude ver las famosas Cuatro Torres a simple vista... sí, desde aquí también. En cualquier caso, estos detalles no me amargaron el disfrute de una buena noche de montaña, ni mucho menos (incluso me permitieron hacer alguna foto curiosa con exposición prolongada).

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Y, bueno, tal y como me propuse en el objetivo secundario del plan, ya he terminado de contar todo lo más interesante de esta nueva ruta montañera: El resto, ya lo dejé publicado en Pirineos 3000 ayer (ver enlace abajo). Ahora, a descansar un poco de montaña -creo que he llegado al límite adecuado de lo disfrutable sin sobrepasarlo por sobredosis-, y a descansar -en general- el próximo fin de semana (falta me hace). Próximamente, se acerca un posible nuevo acercamiento a mis queridos Pirineos.

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Descripción técnica de la ruta.

Todas las fotos de la excursión.

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