jueves, 25 de junio de 2009

Cumplido plan 28: "Black Clouds & Silver Linings"

De ¿Viviendo o escapando?


Los neoyorquinos Dream Theater me lo han puesto fácil en esta ocasión, en contra de mis previsiones. Esperaba un grandioso disco progresivo, con claro regreso a sus primeros tiempos y a los momentos más sinfónicos de toda su discografía, merced a la portada y a aquellas declaraciones en las que el batería de la banda, Mike Portnoy, dijo que, entre otras, en este nuevo disco iba a haber un nuevo "A Change of Seasons" y un nuevo "Octavarium". Vamos, que esperaba un disco de los grandes dentro de la historia de la banda, o al menos cercano a ello. Y como consecuencia, me imaginaba en este blog exprimiendo mis capacidades descriptivas con el máximo detalle, buscando todo tipo de calificativos y expresiones grandilocuentes, y analizando al dedillo cada minuto del disco. En otras palabras, pensaba que me saldría una entrada gigantesca, tras horas frente al teclado: ahora estoy casi seguro que para la cena lo tendré, y aún me sobrará tiempo.

"Black Clouds & Silver Linings" es un disco muy bueno. Y eso, en general, es relativamente poco cuando se habla de Dream Theater. Suena de lujo, con enorme técnica y calidad de sonido, con ritmos, melodías y ambientes envolventes, con mucha potencia metalera, y con partes instrumentales virtuosas y atractivas. Pero no es la quintaesencia del progresivismo ni de este grupo, ni de lejos. Su estilo me gusta más que el de otros discos como "Falling Into Infinity" o la mayor parte de "Octavarium" (aunque excluyendo sobre todo la maravilla que daba título a éste), pero su mérito me parece menor que la media en la historia del grupo. Sobre todo, porque creo que se han acomodado a un sonido más uniforme y relativamente menos complicado. Por un lado, los temas lentos y medios tiempos han pasado de ser mundos estilísticos variopintos ("Another Day", "Wait For Sleep", "Voices", "Space-Dye Vest", "Anna Lee", Peruvian Skies" o "Take Away My Pain" no tienen nada que ver entre sí) a seguir dos modelos: Los marcados por "Forsaken" y por el típico final épico-sinfónico de temas largos; poco más. Y con los temas dinámicos es aún más patente: Metal, metal y metal. Del bueno, pero sólo eso (o casi). Y Dream Theater solían ser mucho más que eso.

Ya en el anterior disco, "Systematic Chaos" (que me gustó y sigue gustando mucho) se apreció un estancamiento compositivo, una sensación de falta de aporte de ideas estilísticas nuevas, que casi nunca se había producido antes -ya fuera mejor o peor el resultado de esas experimentaciones-. Lo que ocurre es que en aquel disco se sintetizaban todos los mejores elementos progresivos y metálicos de Theater en un compendio poco original pero más o menos variado y muy disfrutable para quienes gustamos de la música de la banda, además de exitir en él multitud de partes instrumentales progresivas espectaculares. En "Black Clouds and Silver Linings" hay menos variedad, y las partes instrumentales progresivas realmente vistosas se reducen casi al último tema ("The Count of Tuscany"), y tampoco me parecen de quedarse extasiado (lo cual solía ocurrir a menudo con Theater -como en la parte central de "Metropolis Pt. I" o en las secciones sin letra de "Octavarium" o "Six Degrees of Inner Turbulence"). Podría resumirlo en que, gustándome, no me impresiona, no me deja con la boca abierta o "flipando" en ningún momento (que es lo que habitualmente me ocurría con Theater).

Desde luego, gran parte de lo que comento es subjetivo. Depende del gusto de cada uno que este disco agrade más o menos que otros de Theater. Lo que ocurre es que a mí este disco sí me gusta, y más que otros concretos del grupo, pero considero objetivo reconocer que Dream Theater puede dar mucho más de sí técnica y artísticamente, como han demostrado incluso en alguno de esos discos que me gustan menos de ellos. Cuando hablé aquí hace tiempo de aquello de la madurez musical, los ejemplos que critiqué de grupos que cambian su estilo musical para vender más discos eran de casos en los que el nuevo estilo no me gustaba, luego había un elemento subjetivo por mi parte; en este caso, la nueva orientación de Theater (que desde luego no han cambiado para vender más) me gusta bastante, incluso la prefiero a ciertas cosas que hacían antes; pero hay que reconocer que es artísticamente menos creativa, compositivamente más uniforme, y estructuralmente menos compleja. Y, sobre todo, antes eran más libres, se movían por más terrenos, en un auténtico viaje musical aparentemente ilimitado: parte fundamental de la esencia del Rock Progresivo y de la creatividad musical.

En fin, lo bueno de que tenga en mis manos un disco "menor" de Dream Theater es que eso significa tener en mis manos un disco muy bueno, y por tanto muchas horas de disfrute auditivo (le acabo de dar la vuelta al argumento del principio del segundo párrafo). Además, siempre puede quedar aquello de que tal vez cuanto más lo escuche más me vaya gustando. Lo que ocurre es que en este álbum me parece que hay poco por descubrir más allá de lo que se aprecia en las primeras escuchas, me temo (poca profundidad)...

P.D.: Lo que sí me parece más curioso y destacable es el disco de versiones que incluye la edición especial del álbum. No tiene desperdicio.

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