jueves, 22 de octubre de 2009

Cumplido plan 43: "Adulterios"



Creo que me ha vuelto a ocurrir con Woody Allen en este blog lo mismo que cuando hace un par de semanas acababa de ver su última película, "Si la Cosa Funciona", y me puse a intentar escribir algo acerca de la misma: no me queda demasiado por decir, porque ya está todo dicho en la propia obra; sus escritos y guiones son tan dicharacheros, y con tantas ideas y reflexiones, que yo no creo que pueda profundizar más. Tampoco podría pretender ponerme al nivel del autor, ni de lejos.

La obra me pareció buena, y tanto o más la representación de la misma; muy buenas actuaciones, asombrosas en el caso del dúo protagonista femenino: impresionante María Barranco, que me resultó casi irreconocible -su personalidad- de lo metida que estaba en el papel. Y me divertí, pero me reí menos de lo que esperaba. Creo que las situaciones y los chistes son tan buenos y típicos de Woody Allen como es de esperar, y los actores tienen comicidad de sobra, pero quizá el tono de la obra es siempre tan álgido y exaltado, con los personajes en constante catarsis de tensión (se podría decir que la historia es un shock emocional de hora y cuarto, en tiempo real), que la falta de contrastes probablemente rebaje la capacidad de sorpresa (al menos para mi gusto).

Como resúmen a la posible filosofía de Woody Allen, que se puede extraer de los personajes que interpreta en sus propias películas, parece que la comedia es para él la forma de desdramatizar sobre la amarga realidad de la vida; la mayoría de las veces parece concluir que el ser humano está condenado a ser infeliz en mayor o en menor medida, y darle la vuelta de tuerca a los sinsabores para extraer su parte positiva mediante la risa es quizá la mejor manera de seguir adelante. Y no es fácil saber reirse de todos los temas sin herir sensibilidades; hay que ser muy bueno para lograr lo contrario: que esa risa sea sana, sea un bálsamo. Allen lo consigue (creo).

Ya sea con una temática u otra, está claro que el objetivo vuelve a ser el mismo, y por eso guarda relación esta entrada con el blog: Reir es una de las mejores escapadas posibles: Económica, sincera (fingir la risa no es reír, que diría Buenafuente), espontánea y saludable. Imprescindible, diría yo.

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