sábado, 24 de octubre de 2009

Cumplido plan 42: Dream Theater en directo.

Anoche ocurrió en la Cubierta de Leganés lo que jamás habría imaginado con Dream Theater: Decepción. Esto es tan sencillo como recordar tres palabras de la anterior "entrada - plan" acerca del concierto en este blog, y pensar en cómo se desarrollaron ayer las cosas. En dicha entrada escribí: Garantía de calidad. Ahora ya no hay por qué dar por hecho tal cosa, ni con Dream Theater. Lo cual tampoco está mal del todo, porque da aún más valor (si cabe) a las increíbles actuaciones que había visto antes de éste grupo en Madrid.

Lo cierto es que hay una cuestión que hace muy delicado (en mi opinión) que el nivel de un concierto de éste grupo se mantenga en cotas deseables de calidad; por poco que esa cuestión esté ligeramente descuidada, la cosa ya no funciona (para mi gusto): Esa cuestión consiste en la inevitable asociación de Dream Theater con la idea de perfeccionismo; a poco que un concierto de este grupo se aleje sensiblemente de la sensación de perfección, pierde la gracia, carece del principal interés de su desorbitado virtuosismo.

Se lo comenté a Dani durante el concierto: La ingeniería de sonido que precisa éste grupo es un castillo de naipes tan grande como un rascacielos. Cualquier detalle de la mezcla que no funcione en el lugar en que se lleva a cabo el concierto -y la Cubierta de Leganés tiene muchas papeletas-, y el castillo se viene abajo. Para escuchar sencillamente ruido, o caña metalera, no me gasto 48 euros en este concierto, sino mucho menos en cualquier grupo de heavy metal o rock (si es que realmente merece la pena gastarse algo sólo en ruido y caña). Para apreciar cada detalle instrumental de Dream Theater (que es lo que les hace los mejores, técnicamente), son imprescindibles otras condiciones.

Ayer el principal problema era que los graves se lo comían todo. El bombo y el bajo provocaban un barullo de ruido excesivo. Dani apreció el efecto de reverb -inadecuado para un recinto con tanto eco- que usó Mike Portnoy en su doble bombo, y que probablemente desencadenó buena parte de los problemas, pero a mí me da que era una cuestión más general. De una u otra forma, lo desagradable de esos bajos machacones, embarullados, molestos y retumbantes se unía a su efecto sobre el resto de sonido: casi nada se apreciaba realmente limpio, a veces ni se notaba que Jordan Ruddes tocaba el teclado, y las veces que se escuchaban los solos de éste y de guitarra de Petrucci -gracias a la súbita y chapucera subida de volúmen desde la mesa de mezclas-, era sin poder quedar bien definidas las notas. En los mejores momentos del sonido, no dejaba de ser imperfecto, algo sucio, insuficientemente grato al oido; adjetivos que a lo mejor he perdonado en otras ocasiones a otros grupos, pero que me resultaba inconcebible en Dream Theater (quizá nos han malacostumbrado: no es el peor sonido que he escuchado en directo, ni mucho menos, pero sí el más decepcionante teniendo en cuenta el grupo). Por otro lado, echar la única culpa al empedrado (La Cubierta de Leganés) es erróneo, dado que hace cinco años tocaron en el mismo recinto y el sonido fue practicamente perfecto.

Otra cuestión decepcionante (sólo en parte, pues yo me lo temía), fue la duración. En 2002 y 2004 vinieron sin teloneros y tocaron tres horas: Épico, apoteósico. En 2007 trajeron a Symphony X y tocaron dos horas: Muy bien en duración, sublime en calidad. Ésta vez venían con dos grupos (el previo, Opeth), y era de esperar que la cosa menguase aún mas. Efectivamente, la hora y media se hizo muuuuy corta, salvo por el hecho de que con aquel sonido tampoco me dio tanta pena que acabara tan pronto. Entiendo (y esto va en consonancia con el nivel de dificultad que yo intuyo en el último disco, "Black Clouds and Silver Linings"), que definitivamente han optado por una línea que les lleve menos trabajo, menos horas de ensayo. Lo respeto, pues tienen proyectos musicales paralelos, tienen familias e hijos, y probablemente fuera una locura trabajar tan al dedillo una música tan extraordinariamente técnica y difícil. Pero espero y deseo que en un futuro vuelvan a echarle un par, porque ese espectacular nivel es lo que les distingue del resto. Incluso al nivel que están mostrando este año, siguen estando muy por encima de la media en grupos de Metal. Pero a mí me sabe a poco, despues de lo que nos han mostrado anteriormente.

Lo mejor, insisto, del concierto, es que me sirve para darme más cuenta de que el haber podido disfrutar de los cuatro conciertos anteriores en Madrid (de 2000 a 2007) con tan impresionante nivel de calidad es un privilegio que no tiene por qué hacerse posible siempre. Ésta decepción me acerca aún más a la idea de que aquellas actuaciones fueron casi milagros musicales. Incluso sabiendo que son Dream Theater.

Temo un cosa: Que con el nivel medio de apreciación y exigencia del público (incluso tratándose de un grupo para el que hay que hacer cierto esfuerzo de escuchar y no sólo oir), el éxito de la banda pueda ser el mismo que si se lo curraran al máximo, y se vuelvan conformistas. Ojalá me equivoque.


SET LIST

"A Nightmare To Remember"
"The Mirror"
"Lie"
"A Rite Of Passage"
"The Dance of Eternity"
"Solitary Shell"
"Pull Me Under"
"The Count Of Tuscany": Sin duda, lo mejor, especialmente en la parte lenta final (sobre todo cuando no sonaba la batería). El solo lento de John Petrucci fue la única escapada de verdad, en todo el concierto.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo.
    Aunque creo que hubo algún otro momento bueno, no solo en TCOT.

    Mike Portnoy estuvo comodón y solo se dedicó a rellenar las canciones.

    Pero la Brie estuvo espléndido, cantó muy muy bien, llegando a sitios que antes no llegaba en directo.
    El sonido horrible, y lo de tocar en festival, no me gustó nada.

    Como el concierto de la Riviera, no les recuerdo otro.
    Andrés

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