Volví a reencontrarme con la música en vivo, varios meses después, y con un último precedente absolutamente olvidable por parte de Mägo de Oz. En esta nueva ocasión, afortunadamente la calidad brilló por los cuatro costados.
La Música Celta, últimamente tan de moda, parece un caso bastante singular: un estilo que, siendo auténtico, de calidad, y con profunda raíz cultural, parece tener la capacidad de gustar a practicamente cualquiera. Esto resulta muy difícil de encontrar hoy en día, y debemos dar las gracias por ello a la perversión cultural a que nos someten muchos medios de comunicación de masas, además de a los sistemas educativos (al menos en mi época de estudiante la música parecía ser el arte ninguneado cuando estudiábamos historia, o la eterna asignatura optativa).
Los gallegos Luar Na Lubre ofrecen un repertorio folk relativamente abierto dentro de unos parámetros, y es esa variedad lo que más me agrada de este grupo, tal y como pude comprobar ayer. No se ciñen a las típicas composiciones tradicioneles alegres y pegadizas, como hacen muchos grupos dentro del estilo, sino que tienen bastante repartida la diversidad rítmica. De hecho, lo que más me gustó fueron los temas lentos y los medios tiempos. Creo que no me cansaría de escuchar esas preciosas composiciones tranquilas y evocadoras, engrandecidas por la calidad instrumental de los músicos, por la bonita y sugerente voz de Sara Louraço, y por el buen sonido que pudimos apreciar (por otro lado esperable siempre en actuaciones de este estilo musical). Sí me terminan saturando, sin embargo, los temas rápidos. Me anima el primero, me gusta el segundo, y acepto el tercero, pero a partir del cuarto ya no me aportan nada nuevo, y me acaban por saturar; entiendo que a quien le guste bailar dirá otra cosa, pero a mí me acaba produciendo un inevitable efecto "pachangueo" (aunque mucho más llevadero, por supuesto, que en otros estilos menos "distinguidos"). Me quedo con el estilo pausado de Loreena McKennitt, y eso que al principio no me gustaba por eso, por excesivamente pausado (¿me estaré haciendo viejo...?). Aunque mis favoritos del género, por sus disimuladas incursiones jazz - progresivas en sus ritmos, siguen siendo los también gallegos Berrogüetto.
En cualquier caso, mereció la pena ir, sin duda alguna.
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