No son escapadas. Son distracciones. Meros entretenimientos para no pensar en el mundo real. Al menos será así mientras no me atreva a escapar de verdad de esta sociedad creada por mediocres y para mediocres, y en la cual por cierto yo ocupo un lugar especialmente mediocre, en gran parte por mi -también mediocre- actitud.
Una vez aclarado esto para sincerarme conmigo mismo, podré seguir expresando aquí, sin sentirme ridículo, más planes de distracción (que no de escapada, insisto).
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