miércoles, 15 de abril de 2009

Cumplido plan 22: Sierra de la Cabrera.

De Cabrera


ADVERTENCIA: El montañismo es una actividad que supone riesgos. No debe realizarse sin la experiencia y el material adecuados. El autor se exime de toda responsabilidad sobre cualquiera de las posibles decisiones que pudieran tomar al respecto quienes lean esto, y por tanto de sus consecuencias.

De Cabrera


...Y ya que tuvimos que renunciar a Pirineos, a Sierra Nevada y a Gredos, no nos importó reducir el nivel de humildad al de una sierra menor incluso dentro del ámbito de Guadarrama: La Sierra de la Cabrera, con sus apenas poco más de 1.500 metros de altitud máxima. Esa modesta dimensión no impide, sin embargo, que su aspecto sea sensiblemente vistoso, con sus destacados roquedos graníticos, bastante al estilo de La Pedriza. Además de permitir todo tipo de trepadas, de las que en la excursión porcuramos aprovechar algo, siempre entretenido (en mi caso, al menos, si no exceden de cierta dificultad y exposición), aunque el viento las hizo esta vez algo menos divertidas por inseguras. Por otro lado, como quiera que sólo habíamos subido a este cordal una vez, y fue hace ya seis años, pudimos permitirnos en esta ocasión el huir de la rutina habitual de la parte central de la sierra (suena triste lo de la rutina, pero realmente puede llegar a serlo, como la semana anterior en La Pedriza).

De Cabrera


Enlazando con lo último, además subimos por una ruta nueva para nosotros, la que lleva desde el sur directamente al Collado del Alfrecho, en la parte central de la cuerda. Desde aquí alcanzamos facilmente la cima de Cancho Gordo, aunque, en su promontorio rocoso final, no lo hicimos por la senda "normal", sino buscando la trepada (fácil y poco aérea). Tras comer resguardados del viento entre las rocas, decidimos que precisamente con ese aire tan desgradable no merecía la pena seguir por la cuerda de La Cabrera. Ya que el viento venía del norte, creímos lógico bajar de nuevo al resguardo de la vertiente sur, y concluir el día por el camino que lleva a Valdemanco (habíamos comenzado en el pueblo de La Cabrera). Y la otra parte atractiva del día, en lo montañero, fue la grata sorpresa de hallar una insospechada senda, empinada pero cómoda y bien señalizada por hitos, que bajaba directamente al Convento de San Antonio desde las inmediaciones de Cancho Gordo, por un paraje de paredes rocosas bastante llamativas, a modo de amplia canal o corredor. Más tarde, al llegar con mucha tarde de sobra a Valdemanco, preferimos prolongar la caminata unos tres kilómetros, siguiendo por la Cañada Real Segoviana hasta Bustarviejo; senderismo de ambiente rural junto a las faldas del Mondalindo.

De Cabrera


No puedo negar que tuve cierta sensación de desilusión, dentro de que fue un día entretenido y más o menos agradable. Normalmente cuando en la montaña contemplo un paisaje relajadamente, de alguna manera siento llenar mi ánimo de vitalidad. En esta ocasión pudo influir lo gris del día, la demasiado cercana carretera de Burgos, o el simple hecho de la poco esforzada ascesión (ni siquiera madrugamos para salir), pero el caso es que en esos momentos contemplativos no podía evitar una cierta sensación incompleta, o frustrada. Pesaba en mi ánimo la sensación de la oportunidad perdida, de la ilusión no saciada. Aunque el Pirineo y Sierra Nevada sigan ahí para otras ocasiones, precisamente ahora me habrían venido muy bien; necesitaba esa inyección de ánimo. Y más que en aquel momento, lo estoy notando esta semana.

De Cabrera


Todas las fotos de la excursión.

2 comentarios:

  1. Ah, no me digas que no te has puesto las pilas en La Cabrera. Es uno de mis paraísos perdidos: hay una casa de convivencias de los Salesianos y el instituto donde, quizás, mejor he estado.
    No sabes la envidia que me das desde que te leí que ibais a intentarlo.

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  2. ¿Hacíais excursiones con los chavales por la sierra, Paúl?

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